A pesar de que hace una semana que no para de llover en la región central del país, los establecimientos ganaderos siguen enfrentando las consecuencias de la sequía.
“En enero, febrero y marzo llovió un 30% de lo normal, lo que desencadeno una crisis forrajera porque son los meses en los que se producen rollos de pasto y silos de maíz. A este problema hay que sumar la caída en el valor de los animales y el aumento de algunos insumos claves, como el maíz”, le explicó a Clarín Rural el veterinario Sebastián Vittone, del INTA Concepción del Uruguay (en Entre Ríos), que disertó en un seminario que organizó el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) en San Cristóbal, en el noroeste de Santa Fe.
En un escenario que es delicado, el experto del INTA aconsejó no quedarse esperando que el clima mejore, ni tampoco conformarse con “dietas de mantenimiento” -que pueden generar muchas pérdidas- y tomar decisiones con el foco puesto en mantener el circuito productivo funcionando y que el sistema no pare.
“La plata que no invertís hoy la perdés mañana y sino se hacen bien las cosas la crisis forrajera de este año puede condicionar la producción de terneros para el 2019, porque las vacas quedan con dificultades para preñarse, y generar muchas dificultades en el financiamiento de los establecimientos”, insistió.
Con este objetivo en la mira, Vittone recomienda priorizar en la distribución del forraje a las vacas que están en el último tercio de gestación, para que culminen el ciclo reproductivo en buenas condiciones.
El destete precoz es otra herramienta esencial en este contexto, porque la vaca que tiene la cría al pie consume más forraje y es muy importante bajar la demanda nutricional de ese vientre.
Los granos, que están más caros, se pueden destinar a los animales jóvenes de la recría, que necesitan menos en cantidad pero con mayor calidad. Y los “vientres vacíos” hay que retirarlos del plantel del campo, ya sea vendiéndolos o encerrándolos.
“En una situación de crisis, el productor tiene que utilizar toda la información y las herramientas disponibles para lograr la mayor eficiencia posible en la distribución y el consumo del alimento que tiene”, concluyó Vittone.