Cuando todavía resonaba la noticia sobre la primera importación argentina de soja estadounidense en 20 años, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) confirmó ayer una nueva operación que, como la primera, fue por 120.000 toneladas de la campaña 2018/2019, es decir, para entregas desde octubre.
Tras el hermetismo del martes, en el mercado la comunicación entre los operadores fue más fluida y pronto reconocieron que las 240.000 toneladas confirmadas por el USDA entre el martes y ayer fueron adquiridas por la firma Vicentin. "Anteayer ya se sabía que la empresa compradora había acordado más operaciones, con el objetivo primario de reponer sus magras existencias y de abastecer sus plantas de molienda", dijo una fuente del sector comercial.
Y añadió que en la medida en que los márgenes y los volúmenes obtenidos les cierren a los importadores, "no debería extrañar que en los próximos días haya más firmas importando soja para garantizarse una molienda fluida y para bajar los costos que implica mantener una planta operando por debajo de su potencial".
Con esta nueva compra, en el mercado doméstico el precio de la soja volvió a reaccionar a la baja. En efecto, la oferta de las fábricas fue de 6100 pesos por tonelada de soja con entrega sobre las terminales del Gran Rosario, 100 pesos menos que anteayer.