Mientras tanto, el pronóstico para el sábado 31 y domingo 1ro de abril señala altas chances de que se repita el patrón que se desarrolló en Argentina hace siete días. La situación del NEA es complicada, ya que volvería a quedar sin recibir lluvias significativas. Otra vez, la mayor presión pluvial se espera en el litoral del país, tal como ha sucedido en los dos fines de semana anteriores. La región central volvería a quedar fuera de las chances de que las lluvias lleguen en forma consistente.
Más allá de algún alivio parcial sobre algún corredor aislado de la región pampeana, desde el 22 noviembre del 2017, la clasificación semanal de humedad del suelo a nivel nacional viene marcando una situación de déficit hídrico muy grave.
En una imagen se superpuso la clasificación de humedad semanal desde de esa fecha hasta la actualidad. Las reservas de agua con el peor nivel de su clasificación, el de muy seco, dominó sobre el 44% de las 5 principales provincias productoras de Argentina: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, y La Pampa. Esto significa que el 44% de la región pampeana estuvo con las peores reservas hídricas respecto a los registros de los últimos 50 años, durante 4 meses y medio de los 6 que dura la campaña gruesa. Por la extensión geográfica y por la duración de este bloqueo seco, se puede decir que es la peor sequía que sufrió Argentina en los últimos 50 años.
Las lluvias de los últimos dos fines de semanas, un patrón que volvería a repetirse
En el pasado fin de semana, el mayor registro de lluvias en la región núcleo fue de solo 6,6 mm, en Idiazábal, en el este cordobés. Las tormentas tuvieron una notable presencia en el noreste de Argentina. Se destacaron en el noreste de Santa Fe y en Corrientes, con lluvias que llegaron a superar los 50 mm. Esta vez las tormentas dejaron una mayor cobertura, respecto del fin de semana anterior (16 a 19 de marzo). En esas fechas hubo registros muy importantes, cómo en Resistencia con 100 mm o en la ciudad de Corrientes con 96 mm, pero fueron descargas mucho más puntuales. Lamentablemente, ninguno de los dos frentes cumplió con lo que se esperaba en las zonas productivas de Chaco y Santiago del Estero. Esas áreas solo recibieron un puñado de milímetros que no pasaron de los 5 a 10 mm. Se necesitaban más de 30 a 40 mm para que no desmejoren las expectativas de soja y maíz.
Las lluvias de este fin de semana volverían a ser muy parecidas
Los pronósticos señalan que las tormentas tendrían como centro de descargas al sudeste de Chaco, Corrientes y Formosa. Las lluvias podrían tener otro frente de acción en el extremo sur de Buenos Aires, con el límite de La Pampa. Desde la zona de influencia de Bahía Blanca hasta Santa Rosa, podrían desplegarse lluvias de mayor intensidad y más generalizadas. El bloqueo del ingreso de humedad estaría perdiendo su capacidad en estas áreas, pero seguiría manteniendo su dominio sobre el centro del país. Allí, las condiciones atmosféricas no presentan ninguna variación que permitan el regreso del agua a la región.
Por ello, sobre el centro del país las tormentas volverían a mostrar su carácter errático. Lo más que podría esperarse son algunas lloviznas y muy pocos milímetros para gran parte de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y Córdoba, más allá de que en alguna zona puntual se puedan desarrollar lluvias con mayor intensidad.
Sería muy importante, que lluvias de consideración lleguen a Chaco y Santiago, dónde se encuentran las zonas agrícolas. Los cultivos de maíz y soja cumplen etapas críticas para su rinde. Pero lamentablemente, las probabilidades juegan en contra de que esto suceda.