Con duras críticas al presidente Mauricio Macri y su política económica, el líder del sindicato de camioneros, Hugo Moyano , desafió ayer al Gobierno en la primera marcha masiva de un heterogéneo sector sindical, social y político opositor, que convocó a los trabajadores a vencer al oficialismo en las elecciones de 2019 para desalojarlo del poder.
Pese a que aseguró que la convocatoria no era para blindarse de causas judiciales en su contra, Moyano dedicó gran parte de su discurso a defenderse personalmente. Incluso lo acompañó en el palco su abogado, Daniel Llermanos.
Desde el escenario montado en las avenidas 9 de Julio y Belgrano el jefe camionero le dijo a la muchedumbre que "no tiene miedo de ir preso" ni "de que lo maten" y que estaba "dispuesto a dar la vida por los trabajadores". Subrayó además que tiene "las suficientes pelotas para defenderse" en las causas judiciales en las que se investiga a su familia por desvíos de fondos y lavado de dinero en Camioneros.
Si bien los organizadores estimaron que hubo 400.000 personas, el Gobierno porteño calculó 90.000 y fuentes policiales unas 140.000. Posiblemente hubiera algunas más, aunque no las 300.000 que se preveían. Pese a la multitud, pacífica y festiva, no hubo incidentes violentos, tal vez gracias a los 2000 hombres de seguridad de Camioneros. La Policía de la Ciudad se mantuvo en apresto, pero a cierta distancia.
El líder camionero planteó un objetivo político. "Preparémonos los trabajadores, cuando llegue el momento de expresar la voluntad democrática", proclamó, con miras a las presidenciales de 2019. "Sepamos elegir. Los gorilas no pueden estar más en la conducción del país, porque nos quieren quitar la dignidad", exclamó, en lo que pareció un intento de delinear una fuerza opositora, pese a las divisiones en el peronismo y en la CGT que quedaron al descubierto.
Un grupo de camioneros entonó "Mauricio Macri, la puta que te parió", pero Moyano los calmó: "Dejémoslo, no hace falta". "Quiero agradecer una vez más la presencia masiva de los trabajadores de todos los sectores", dijo, al insinuar que había trabajadores de sindicatos cuyos dirigentes no habían adherido a la marcha. Para dejar sentado su espíritu democrático y tomar distancia de dirigentes que pronosticaron recientemente un final anticipado del mandato de Macri, Moyano advirtió: "Le reitero al señor presidente que no somos golpistas ni antidemocráticos. Fueron los trabajadores los que más lucharon para la democracia".
No llamó a un paro, como lo hizo Pablo Micheli (CTA Autónoma) en su discurso previo. Facundo Moyano y Juan Carlos Schmid (dragado y balizamiento) admitieron a LA NACION que el triunvirato de la CGT, que integran el propio Schmid, Carlos Acuña (estaciones) y Rodolfo Daer (sanidad), "está agotado". Acuña y Daer fueron parte de los grandes ausentes, junto con los representantes de los "Gordos" y los "independientes".
Moyano negó que la concentración obedeciera a su situación judicial y rechazó "todos los disparates que dijeron". A su lado estaba su hijo Pablo, también investigado por la Justicia. Sin embargo, luego no hizo otra cosa que defenderse de esas investigaciones. "No estoy implicado en ninguna denuncia de corrupción", aseveró. "Si tuviera un problema, tengo las suficientes pelotas para defenderme solo. Estuve tres veces en cana, dos en la dictadura. No me cagué nunca, siempre tuve las que tuve que poner", prosiguió, con prosa poco refinada. "Perdonen, me salió el camionero, pero después de tantas gansadas, estaba caliente", se justificó. "No tengo miedo de ir preso. Estoy dispuesto a ir preso si la Justicia dispone que tengo que ir preso. No tengo miedo de que me maten. Estoy dispuesto a dar la vida por los trabajadores", dijo a voz en cuello.
Además de Moyano, Schmid y Micheli, hablaron al público Esteban Castro (CTEP), Sergio Palazzo (bancarios) y Hugo Yasky (CTA).
Había dirigentes del Partido Obrero, fuerzas de izquierda, CTEP, CCC, Barrios de Pie, Madres de Plaza de Mayo y del kirchnerismo, con Máximo Kirchner a la cabeza, y el distanciado Aníbal Fernández.
Los faltazos más significativos, además de Daer y Acuña, fueron los de otros popes de la CGT: Luis Barrionuevo, Antonio Caló, Armando Cavalieri, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Roberto Fernández, Víctor Santamaría, Ramón Ayala y Sergio Sasia. Moyano reclamó a Macri que "no sigan llevando adelante políticas que hambrean a la sociedad". Y aclaró: "No venimos a amenazarlo. No somos antidemocráticos ni desestabilizadores". Citó luego una frase del premio Nobel mexicano Octavio Paz, cuyo nombre no recordó. "Al Presidente le digo una frase de un premio Nobel mexicano, no recuerdo cuál es: ?Toda victoria es relativa, toda derrota es transitoria". Y señaló que "ni los de su clase les creen" y que "por eso no vienen inversiones".