Los surtidores de YPF sorprendieron a los consumidores ayer con la segunda suba del año en el precio de los combustibles apenas dos semanas después del último ajuste dispuesto por la empresa. La petrolera estatal, que tiene la mayor participación de mercado, aplicó un aumento del 3,5 por ciento promedio en el precio de venta al público de la nafta y el gasoil, que de esta manera acumulan un alza superior al 16 por ciento desde los primeros días de diciembre.
"No lo preveíamos, pero es así. El mercado ahora es libre", explicaron a LA NACION desde una de las competidoras de YPF, al analizar el sorpresivo ajuste dispuesto por la compañía que concentra más del 50 por ciento del mercado interno de combustibles.
Con la suba de ayer, el litro de nafta súper en las estaciones de servicio de YPF en la Capital Federal se vende a $24,39, mientras que su versión premium (Infinia) llegó a $28,29 por litro. En tanto, el gasoil común subió a $21,52, mientras que el premium (Infinia Diésel) subió a $25,07. En el interior, mientras tanto, los valores son más elevados. Tras el ajuste, en algunas provincias el precio del litro de la nafta más cara superó los $30.
Pero la petrolera estatal no se quedó sola en la decisión. La firma Oil (que tiene entre 4 y 5 por ciento del mercado), que pertenecía a Cristóbal López y ahora es gestionada por el fondo OP Investments (operación que aguarda su avance ante la Justicia) también aumentó los precios de sus combustibles en un 2,5% promedio.
"Acompañando la política del mercado de seguir al número uno, YPF, en Oil subimos hoy [por ayer] un promedio de 2,5%.O sea, quedamos igual a YPF, replicando los precios en cada geografía", señalaron fuentes de la petrolera ante la consulta.
"Hoy, por el costo del crudo, del dólar, de los biocombustibles y del transporte, nos da que todavía falta un 10% más de aumento.Los biocombustibles son parte de nuestro costo. Como aún no subieron amortiguan un poco la suba fuerte del crudo y del dólar", agregaron las fuentes de Oil.
Con el cambio en los precios de ayer, YPF invirtió la estrategia comercial que había implementado en enero. El mes pasado, la empresa que preside Miguel Gutiérrez había sido la última en modificar hacia arriba el precio de los combustibles. El 12 de enero había picado en punta Oil, con un aumento promedio del 6 por ciento en los combustibles.
Días después, Shell, segunda petrolera del mercado, con alrededor del 20 por ciento, y Axion la imitaron con ajustes similares. Finalmente, YPF también modificó sus precios de venta al público, aunque con menores incrementos. Fue el 24 de enero, cuando se concretaron subas del 4 por ciento en la súper, 4,94 por ciento en el gasoil y 4,48 por ciento en la Infinia, su nafta premium.
Al explicar los sucesivos ajustes en los precios de los surtidores, desde las empresas suelen argumentar que impactan la depreciación de la moneda local y el encarecimiento del crudo. Al subir la cotización del petróleo, un activo dolarizado, las empresas deben compensar sus ingresos con más pesos para recuperar la rentabilidad y ajustar su ecuación de costos.
A fines de septiembre del año pasado, el Ministerio de Energía dispuso la liberalización de los precios de los combustibles en el mercado interno. La disposición, que entró en vigor el 1º de octubre, habilitó a las empresas a modificar los valores de los surtidores sin necesidad de aval ni autorización oficial. Hasta entonces, estaba vigente para todos los jugadores del sector un esquema de revisión de precios trimestral, que determinaba la variación de los valores en el mercado de acuerdo con la evolución del precio del crudo internacional, la fluctuación del tipo de cambio y el precio de los biocombustibles.
Cambio de tendencia
A partir de este escenario, las compañías comenzaron a aplicar ajustes en sus precios de forma particular, aunque en las primeras semanas de 2018 los aplicaron sin previo anuncio, una práctica que no habían concretado anteriormente durante la gestión de Mauricio Macri.
El segundo aumento del año de YPF, mientras tanto, no se tradujo por el momento en nuevos ajustes de sus competidores. "Estamos evaluando qué hacer. Hay discusiones y reuniones para ver cuáles van a ser nuestros próximos pasos", indicaron fuentes de otra de las grandes petroleras a LA NACION.
El año pasado, el aumento del litro de nafta súper en YPF estuvo por encima del 32 por ciento, mientras que el de la versión premium fue superior (35 por ciento). A nivel consumo, la venta de nafta creció un 5,5 por ciento, mientras que la de gasoil cayó 0,78 por ciento, según los últimos datos de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha).
No obstante, el mercado registró un cambio de tendencia, con mayor dinamismo entre los combustibles más caros. El expendio de nafta o gasoil premium de acuerdo con la entidad creció 17,7 y 17,3 por ciento, respectivamente. En tanto, la nafta súper registró una suba del 1,3 por ciento, mientras que el gasoil más barato cerró el año con una caída del 7,6 por ciento.