En plena visita oficial, las figuras más importantes del Gabinete de Mauricio Macri rompieron el molde y ofrecieron un asado al secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, en el Palacio San Martín. En ese contexto, el Gobierno pidió por la apertura para el ingreso de carnes argentinas y también que fueran notificados por adelantado si es que el presidente Donald Trump impone aranceles al acero y al aluminio, ya que impactaría con fuerza en el país. El tercer eje de la conversación se concentró en la posibilidad de avanzar en un entendimiento que permita destrabar las exportaciones de biodiésel argentino al territorio norteamericano.
Con un trato más informal que diplomático, la Cancillería abrió las puertas el domingo para agasajar con un asado a Tillerson, uno de los principales funcionarios del tercer socio comercial de Argentina. Para aprovechar el ambiente casual, varios ministros tuvieron una silla en la mesa. Hasta allí fueron los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne; de Producción, Francisco Cabrera; de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere; de Energía, Juan José Aranguren; de Seguridad, Patricia Bullrich; de Defensa, Oscar Aguad; y, obviamente, el dueño de casa, el canciller Jorge Faurié. La reunión fue clave para el Gobierno, mientras las miradas de la opinión pública estaban puestas en otro almuerzo, el del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la conductora de televisión Mirtha Legrand, en Mar del Plata.
Tras la ofrenda floral y los pasos protocolares, los ministros no tardaron en abordar a Tillerson durante el almuerzo. Cabrera estaba muy interesado en que Estados Unidos avise por anticipado a Argentina si decide imponer aranceles a la importación de acero y aluminio, tal como se espera. Hasta noviembre del año pasado la Argentina le vendió a Estados Unidos unos u$s 200 millones en tubos de acero y más de u$s 430 millones en aluminio en bruto, según cifras de la Oficina de Censos estadounidense. Cabrera se mostró preocupado por una medida que impactaría en las exportaciones del Grupo Techint.
A su vez, el ministro de Agroindustria reclamó para que Estados Unidos
finalmente abra las importaciones de carne argentina. Etchevehere no se llevó
ninguna promesa concreta. El planteo se produjo en momentos en que la embajada
argentina en Beijing informó la última semana que China "se abrió por completo"
el mercado para carne vacuna y ovina. Esto mostraría cómo los espacios que deja
Trump a veces son ocupados por el presidente Xi Jinping, quien envió a su
ministro de Finanzas a reunirse la semana pasada con Macri y habló de financiar
proyectos de infraestructura en Argentina.
En esa línea, el canciller Tillerson fue consultado por la puja entre las dos potencias ayer, en el Palacio San Martín. Ante las consultas de la prensa, el hombre de Texas aseguró que de ese tema no hablaron ayer, a pesar de que los últimos días manifestó la preocupación de la influencia de China en Latinoamérica, mientras iniciaba su gira por la región.
Por su parte, Dujovne también habló con Tillerson. Una de las preocupaciones mundiales es si Estados Unidos aumentará o mantendrá la tasa de interés.
Tras el almuerzo con el enviado de Trump, los funcionarios argentinos se sintieron más optimistas sobre una solución al ingreso de biodiésel en Estados Unidos. "Creo que lo vamos a arreglar políticamente", remarcó una fuente que participó del asado con Tillerson. "Tenemos un diálogo que nos permite todavía buscar soluciones a nivel bilateral en las que hemos estado trabajando en estos dos meses", señaló el canciller argentino, Jorge Faurié, en una rueda de prensa y hasta habló de la "inquietud" oficial, frente a Tillerson. Por su parte, el funcionario oriundo de Texas no dijo palabra al respecto.
Más allá del optimismo local, no hay más señales de que Estados Unidos vaya a cambiar la política comercial de Trump, quien subió el impuesto al biodiésel argentino por presunto "dumping", entre el 71,45% y el 72,28 %. El presidente Mauricio Macri apeló a su relación personal con el magnate estadounidense y todavía apuesta a ese trato. Mientras, en el oficialismo pensaron en apelar al Órgano de Apelación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) donde la disputa puede llevar años, pero puede finalizar con un fallo favorable para Argentina.
Tillerson cerrará hoy su visita oficial al país con un encuentro con el presidente Mauricio Macri, en la Casa Rosada. Pero no se espera que haya ninguna nueva declaración. Luego el secretario de Estado norteamericano partirá rumbo a Perú, en busca de más apoyo de la región contra el gobierno de Venezuela.