En el mundo
Los productores de soja que no hayan sido afectados significativamente por la falta de humedad podrían ir poniendo precio al producto que esperan cosechar en otoño. Esa es la recomendación de Matías Amorosi, de la consultora Globaltecnos SA. Para fundamentar su recomendación, el profesional recuerda que "los precios de la oleaginosa en Chicago reaccionaron positivamente en las últimas semanas por la sequía en la región pampeana argentina, pero hubo presiones alcistas adicionales". Por ejemplo, a fines de enero, los fondos especulativos empezaron a recomprar posiciones en las que estaban vendidos, a partir del aumento del precio del petróleo. Este producto valía 30 dólares el barril a fines de 2016 y actualmente su precio se duplicó, lo que mejora la capacidad de pago de los productores de biocombustible. También influye la devaluación del dólar, que llegó a los valores más bajos de los últimos tres años; estaba 1 a 1 contra el euro a fines de 2016 y ahora la relación subió 1 a 1,24. Ambos factores dieron impulso a los precios de la soja, fogoneados, además, por el buen ritmo de las compras de China.
En la región
En el ámbito regional, la producción de Brasil está levemente afectada por siembra tardía y lluvias durante la cosecha, sobre todo en el sur y en el este del territorio. Sin embargo, el factor más importante en la región es el estrés climático en la Argentina, donde las lluvias de enero no terminaron de recargar los perfiles, con pronósticos meteorológicos poco alentadores para los próximos días. Este escenario lleva a pensar en una producción ubicada en un escalón más debajo de lo esperado a la siembra: las últimas estimaciones del Minagro y de las Bolsas oscilan de 48 a 52 millones de toneladas para soja. Todos estos factores les dieron un empujón muy grande a los precios, que superaron los 270 dólares por tonelada a mitad de semana, con posibilidades de seguir subiendo. "Son momentos para seguir promediando precios y asegurar la rentabilidad objetivo", observa Amorosi. Y agrega: "270 US$/t no es mal precio y es consecuencia de la volatilidad precosecha. Una vez empezada la trilla, los valores pueden aplacarse. Por eso, convendría aprovecharlos para dar cobertura a una parte de la producción esperada por lo menos", aconseja.