Soy socio gerente de Lares SRL. Esta campaña de soja 2017/18 se desarrolla con una alta variabilidad de situaciones agronómicas en lo que respecta a las decisiones que hacen a la protección del cultivo. Las mismas se realizan lote a lote, siendo la causa de mayor impacto, la presencia de las precipitaciones dispares dentro de una zona acotada.
En un radio de 10 a 20 km podemos tener situaciones que van desde los 40 mm a 4 mm de lluvia. Esta condición genera cultivos con estructuras diferentes, capacidades de compensaciones y potenciales de rendimiento distintos. Y, finalmente, también se ven afectadas las dinámicas poblacionales de las adversidades fitosanitarias.
En este contexto, es de suma importancia el monitoreo de cultivo, el mismo debe estar protocolizado/ estandarizado con el objetivo que el técnico recolecte con precisión y exactitud las variables necesarias para la construcción de la toma de decisión agronómica. Será importante determinar correctamente el estado fenológico del mismo, a traves del uso de la escala de Fher y Cavinees, que divide el ciclo del cultivo en estados vegetativos y reproductivos.
El estado reproductivo de R3 (vaina de 5 mm en algunos de los cuatro nudos superiores) a R6 (semilla completamente desarrollada) es el período crítico para el desarrollo del rendimiento potencial del cultivo, con su máxima sensibilidad finalizando el R4 (vaina de 20 mm en alguno de los cuatro nudos superiores) y comenzando el R5 (una vaina con una semilla de 3 mm en alguno de los cuatro nudos superiores).
La medición del porcentaje de cobertura del entresurco será otra variable de campo a recolectar. Los registros pueden ser 0% (recién se terminó de sembrar y no se observa biomasa aérea) y en el otro extremo sería 100% (parados en el entresurco no logro ver mis pies).
El parámetro cobertura tendrá un efecto sobre la dinámica de enfermedades que avanzan de abajo hacia arriba, como mancha marrón, también en la persistencia de los insecticidas que actúan por ingestión. Este parámetro es importante para control de chinches, debido a que parte se realiza con insecticidas que actúan por contacto. A mayor cobertura del entresurco, aumenta la dificultad de la llegada al blanco, que determina caídas en la eficiencia de control.
A través del monitoreo, se analiza si es necesario la realización de una pulverización que combine distintas adversidades. Cuando estamos alcanzado el 100% de cobertura del entresurco, es muy común realizar la aplicación de herbicidas o en algunos casos fungicidas. Es, en este momento crítico, que debemos decidir a través del monitoreo si es necesario o no, el agregado de un insecticidas.
En muchos casos el insecticida es agregado por decreto, sin la presencia insectos, afectando la rentabilidad del cultivo, la dinámica de insectos benéficos y la sustentabilidad del sistema. Otro un error común que lleva la falta de relevamientos semanales a campo, es el agregado de insecticidas para el control del orden de los lepidópteros cuando en realidad la problemática era chinche. Hay que entender el sistema para el manejo de las adversidades, ir de lo general a lo particular. Hay que estar conectados en redes de alerta de plagas, bajar a un nivel de qué sucede en mi localidad y luego ver a nivel del establecimiento.
La escala sería a nivel de lote y los macros y micro ambientes. La capacitación del "recorredor", la aplicación de los protocolos de muestreo y los registros ordenados permitirán generar decisiones más pensadas y ajustadas a la necesidades.
Por: Diego Alvarez