La decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de incorporar nuevamente a la Argentina en el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) tras dos años de negociaciones abre una ventana para que a partir del próximo 1´ de enero más de 500 productos, en su mayoría agroindustriales, puedan exportarse al mercado norteamericano sin pagar aranceles.
Aún falta que el Congreso norteamericano ratifique la autorización al Ejecutivo para que se efectivice el otorgamiento de las preferencias a los países que la Casa Blanca determine, sin embargo, este paso es en algún punto, una formalidad. Lo relevante para poder ampliar las exportaciones a ese destino es que logre una mejora sustantiva de la competitividad de la economía nacional.
"Argentina tiene un problema de competitividad pero además la de los Estados Unidos es una economía de grandes empresas que producen con volúmenes importantes y costo de producción unitario muy bajos", explicó Marcelo Elizondo, director general de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI). Considera que nuestro país y por añadidura las empresas argentinas, "tienen más problemas de oferta que de demanda", en un escenario de pérdida de competitividad sistémica, costos de producción en alza, inflación con tendencia a la baja pero aún muy elevada, y costos de operación, logística y servicios que impactan en los bienes transables.
Elizondo sostiene que la medida adoptada por el gobierno del presidente Trump "es un gesto político que refleja la buena relación bilateral", pero aclara que el beneficio será aplicable apenas para algunos productos, entre los que destaca a los vinos que hoy siguen desembarcando en el mercado americano en base a su calidad. No es lo que ocurrirá con otros productos de economías regionales, como frutas y hortalizas.
Hasta hace seis años Washington concedía arancel cero a 538 posiciones de productos argentinos bajo el SGP, y entre los productos que se beneficiaban por la rebaja arancelaria se contaban vinos, artículos de confitería sin cacao, conservas de carne, aceite de oliva, quesos, maníes y frutillas. Pero nuestro país perdió ese status el 28 de mayo de 2012, a raíz de las demandas de las empresas Azurix y Blue Ridge, presentadas ante el CIADI por la cancelación de contratos en el contexto de la crisis de 2001. En esa ocasión el gobierno de Estados Unidos consideró que Argentina no había actuado de buena fe y por eso canceló la participación argentina en el SGP.
El Gobierno nacional señala, en base a los datos de 2011, cuando nuestro país aún formaba parte del SGP, que más de 500 productos, la mayoría de economías regionales, estarían en condiciones de entrar a los Estados Unidos con arancel preferencial, lo que daría un monto cercano a los u$s 400 millones anuales. Pero otros cálculos son un poco más modestos.
"Mi estimación es que la Argentina podría exportar por unos u$s 200 millones, quizás u$s 280 porque en 2011 los precios eran más altos y, además, teníamos una mayor vinculación con empresas de ese país", una relación que habrá que reconstruir lentamente y podría demorar no menos de seis meses hasta poder abrir el mercado nuevamente, argumenta Elizondo.
Para Alejandro Díaz, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (Amcham), con el reingreso del país al Sistema Generalizado de Preferencias se abre "una oportunidad económicamente muy importante", pero el aspecto central para que los productos argentinos puedan aprovechar este espacio pasan por "mejorar en el denominado costo argentino, ampliar su infraestructura, reducir la carga tributaria y trabajar con la tecnología".
Pablo Vernengo, del área de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), apunta que en el caso de la frutilla estar en el SGP "mejora la posición arancelaria en un 20% y lo mismo ocurre con más de 500 productos agroindustriales, entre los cuales están el aceite de oliva o los vinos". Y agregó que esto "nos permite entrar al mercado americano de igual forma que lo hace Chile, nuestro competidor". Tucumán, Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca, son algunas de las provincias que se beneficiarán de la medida.
Por su parte, Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI, considera que la mejora de las exportaciones "va a ser gradual en la medida en que logremos ser competitivos", y recomendó ahora retomar el diálogo con Estados Unidos para que cumpla con la promesa de "abrir oficinas de las organizaciones pymes en todas las provincias argentinas".
El biodiesel, fuera del régimen
La inclusión de Argentina en la Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) contrasta con las medidas que adoptó hace escasos la misma administración Trump respecto del biodiesel argentino. A comienzos de noviembre el Departamento de Comercio de Estados Unidos ratificó la decisión adoptada en agosto pasado, que imponía aranceles de importación de hasta 70% al biodiesel argentino, con lo que literalmente blindaba ese mercado al ingreso del biocombustible a base de soja.
El fuerte lobby de los productores locales pudo más que los intentos del presidente Trump de considerar a la Argentina como un socio estratégico en la región.
"Argentina está otorgando subsidios injustos a sus productores de biodiesel a tasas del 71,45 al 72,28%", había dicho Willbur Ross, secretario del Departamento de Comercio de los Estados Unidos.