El curso de la siembra en nuestro país dominó la escena en el mercado
internacional abriendo la posibilidad de una menor área sembrada para el ciclo
2017/18. Los registros pluviómetros de noviembre resultaron inferiores a los
habituales en la franja central del país. En efecto, las reservas hídricas,
tanto en la capa arable como en la superficie, se vieron degradadas y
adicionaron una cuota de riesgo para la continuidad de las labores. No obstante,
el mes finalizó con una ronda de lluvias que brindó alivio a las zonas más
necesitadas en el centro - sur de Córdoba y Santa Fe y permitió reponer
parcialmente la humedad en suelo y retomar la implantación en zonas que había
sido frenada.
Bajo estas circunstancias el volumen negociado en Chicago se vio incrementado
no sólo en lo que respecta al poroto, sino también en el mercado de harinas ante
el liderazgo de Argentina en el comercio internacional. Dicho aumento obedeció
en parte a la acción de los fondos especulativos que elevaron su participación a
la espera de definiciones en la campaña sudamericana. En consecuencia, no se
descarta una mayor volatilidad correlacionada a las condiciones climáticas que
marcarán la marcha de la siembra, principalmente durante la primera quincena de
diciembre.
Hasta el momento se logró completar algo más del 42% del área intencionada y
las demoras no son significativas. Se destaca un retraso de poco más de 11
puntos porcentuales en el núcleo norte y, por otra parte, una brecha de casi 6
puntos porcentuales en el centro-norte de Santa Fe. A su vez, los lotes
tempranos están transitando las primeras fases vegetativas requiriendo un mayor
consumo de humedad en los suelos.
La sola idea de que la campaña 2017/18 termine destinando una menor
superficie de soja marcó la tónica alcista en el ámbito local. Los contratos con
entrega a mayo rozaron los 269 U$S/tn y prácticamente se posicionaron en la zona
de máximos desde que comenzaron a operarse. Así en el término de una semana el
mercado sumó unos 3,40 U$S/tn que podría atribuirse a una prima climática.
Estos valores invitan a tomar coberturas y a su vez estar abiertos a
eventuales subas posteriores. Mediante la venta de forward y compra de calls,
con las primas actuales y una reducida volatilidad se puede acceder a un precio
mínimo neto de 260,70 U$S/tn dando como resultado márgenes agrícolas positivos.
La firmeza del mercado se intensificó en la plaza disponible y, con ello,
redujo el pase existente con los valores de la soja nueva. Cabe recordar que
dicho spread había tocado máximos de 13 U$S/tn hace poco más de un mes y al
momento fluctúa en un rango de 3 – 4 U$S/tn. Este ajuste entre posiciones ayuda
a descomprimir los abultados stocks de soja en manos de los productores que se
estiman en alrededor de 16,30 mill.tn.
Por otra parte, se inició formalmente la campaña comercial del trigo en
nuestro país con un tercio de las hectáreas cosechadas. Mientras que en las
provincias norteñas sólo restan trillar lotes aislados, la cosecha se concentra
en el centro del territorio agrícola con resultados favorables. Se infiere que
un manejo adecuado de los cuadros con estricto control de enfermedades y
aplicaciones de fertilizantes impulsó los rendimientos.
En este contexto se acentúa la presión estacional de cosecha sobre el
segmento físico con caídas superiores al 5% en las últimas jornadas. El ingreso
de la nueva producción sumado a una exportación que no tienen necesidades
inmediatas abre paso a un mercado debilitado para entrega inmediata.
Como sucede usualmente en estas instancias del año, se amplía el diferencial
entre los valores disponibles de las terminales del Up-River respecto a las
plazas granarias de Bahía Blanca y Necochea. Los cultivos en las zonas trigueras
están transitando las etapas fenológicas finales y se prevé que faltan al menos
dos semanas para que comience la recolección. En este interín surgen necesidades
de completar embarques y mantienen un diferencial que ronda los 250 $/tn.
Lo cierto es que la estructura actual de precios otorga sólidos incentivos a
diferir las entregas. Mientras que durante el último mes los futuros a enero se
mantuvieron en torno a los 160 U$S/tn. los valores negociados a julio se
apreciaron algo más de 3 U$S/tn. Así el spread resultante entre ambos plazos
alcanza unos 16 U$S/tn arrojando una tasa implícita directa en dólares del 10%
más que compensando los costos de almacenamiento y cualquier alternativa de
financiación a la que puede acceder el productor. Si se pretende liberar espacio
previo a la cosecha gruesa, el mercado ofrece una rentabilidad directa del 4,7%
para enviar el cereal en marzo.
En el plano internacional las perspectivas son alentadoras teniendo en cuenta
las mayores necesidades de Brasil, nuestro comprador tradicional por excelencia.
Las proyecciones oficiales para esta campaña prevén un consumo cercano a las 11
mill.tn. y apenas un 40% sería cubierto mediante producción doméstica. El país
vecino recibió excesivas lluvias en el estado de Río Grande do Sul que afectaron
el llenado de grano y degradó los niveles de proteína. En suma, tanto Uruguay
como Paraguay dispondrían de saldos exportables más acotados, lo que posiciona
más ventajosamente a nuestro mercado.
Por Eugenio Irazuegui, Analista de mercados – Research en ZENI
Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria