"Gran sabor, jugosidad, calidad y naturaleza", pero con "alto precio, poca frescura y dificultad para encontrar". Así definen los consumidores habituales de carne de Hamburgo, Rotterdam, Londres y Milán la carne argentina. Se trata de un informe sobre la percepción del producto en el mercado europeo que presentó ayer el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva).
El trabajo, realizado por la consultora internacional GFK, permite conocer en profundidad las preferencias de los consumidores habituales (aquellos que ingieren carne al menos una vez por semana) y los profesionales (importadores, restaurantes y supermercados/carnicerías) de Alemania, Holanda, el Reino Unido e Italia.
En cuanto a los consumidores habituales de carne, el informe refleja que los
cuatro países identifican a la Argentina primero con la carne vacuna, luego con
los gauchos y en tercer lugar con la naturaleza.
Respecto del posicionamiento, la Argentina ocupa el segundo lugar tanto en notoriedad como en consumo y se sitúa detrás de la carne local. La carne argentina se asocia a "gran sabor, jugosidad, calidad y naturaleza", pero también se relaciona negativamente con aspectos como "alto precio, poca frescura y dificultad para encontrarla". Además, el estudio recomienda "incluir otros aspectos de la cultura de este país asociada con la tradición del asado". Así, la promoción de carne y vino puede resultar interesante.
"Hemos tenido la grata sorpresa de que la carne argentina mantiene una imagen
intacta de prestigio. No es la mejor carne del mundo, sino que tenemos una muy
buena carne que compite con las mejores y les gana. Esto nos demuestra que hay
una tremenda competencia y tenemos que esmerarnos para mejorar", dijo Ulises
Forte, presidente del Ipcva, que además señaló que en el organismo se encuentran
evaluando distintas alternativas de promoción para los próximos meses en los
cuatro países investigados.
Las conclusiones sobre los importadores afirman que el producto argentino sigue teniendo la reputación de ser uno de los mejores del mundo, aunque advierten que en el país hay incertidumbre política, no se percibe que haya apoyo de marketing y no ofrece una relación precio-calidad atractiva.
Respecto de los restaurantes, las noticias no son muy positivas: comprar carne argentina no se diferencia de adquirir cualquier otra, ya que para los gerentes europeos lo que cuenta es el plato final.
Por otra parte, el informe indica que los supermercadistas ven la carne argentina como un producto que puede ser promovido y se puede "convertir nuevamente en un socio comercial fiable".
En este contexto, Forte explicó a LA NACION: "Tenemos que recuperar confianza y credibilidad, venimos de una historia muy complicada. Por ejemplo, de dejar a Alemania sin carne durante un Mundial [en 2010] porque se cerraron las exportaciones".
El presidente del Ipcva afirmó que la Argentina perdió mucha presencia en los mercados y remarcó que el mercado interno y el externo se complementan y no compiten entre sí. "Cuanto más vendamos afuera, mejores precios accesibles vamos a tener en el mercado interno, porque hay diferencias de gustos", dijo.
Con respecto a que se aguarda que Estados Unidos permita en algún momento el ingreso de carne argentina, señaló que, si eso ocurriera, sería "el inicio" para que se abran otros mercados, como Japón y México, entre otros.