Una vez más. Las últimas cinco de maíz son las mejores de la historia y las
últimas cuatro de soja, también.
Luego de tanta discusión, la pregunta es: ¿será que operadores y analistas vienen subestimando las bondades de la genética y de la biotecnología en lo que a rindes potenciales se refiere? Así las cosas, la segunda pregunta debería vincularse con el nivel de los precios en Chicago, a pesar de semejantes performances productivas. En nuestra opinión, la respuesta (reiterada) es el brutal comportamiento de la demanda.
Ahora bien, ¿cómo debe actuar ante semejante contexto el productor argentino?
Con prudencia selectiva y manejando los tiempos del mercado.
En el caso del trigo, el escenario para el ciclo 2017/2018 es bueno, pero se ha vuelto complicado para el necesitado de vender en plena cosecha. El volumen de compras de trigo declarado por la exportación es inédito por lo alto y la buena cosecha que puede presagiarse al norte de la ruta 7 asegura una oferta difícil de absorber por la demanda en el período diciembre/febrero. A partir de marzo, las necesidades de Brasil y el "efecto Mercosur" (ventaja arancelaria para el trigo argentino) cambiarán el tono del mercado.
En maíz el escenario de precios exige paciencia por un tiempo (no leer los diarios por unos meses). A medida que los stocks estadounidenses vayan disminuyendo, los valores para marzo/abril (maíz temprano) se pondrán atractivos. Para el maíz tardío el partido es distinto. Plaza pesada para julio/agosto por la competencia brasileña y la búsqueda de financiamiento adecuado para diferir ventas será la consigna.
Para la soja, el año 2018 plantea aún varios interrogantes. Definida una supercosecha en EE.UU., ahora la atención se centra en Sudamérica. Algunos retrasos en las fechas óptimas de siembra (por falta de lluvias en el norte de Brasil y por exceso en la Argentina) generan cierto "ruido" en Chicago. Aun así, los precios "forward" no son para despreciar. También son atractivos algunos negocios que se ofrecen "a fijar" con descuentos sobre Chicago ("basis").
Una combinación de ambas alternativas, que involucre el volumen que se necesita vender en plena cosecha, no es desaconsejable. Más por prudencia que por convicción. No olvidar que Chicago siempre muestra alzas al iniciarse el tradicional "weather market" en EE.UU. de cada temporada (mercado climático).