El trigo en gran parte de la pampa húmeda va entrando a la recta final.
Mientras avanza la recolección en regiones del norte del país, en otras zonas el
cereal va transitando sus últimos tramos previo a la cosecha. El panorama para
los rindes va desde buenos a muy buenos, aunque hay excepciones.
Recientemente, Gonzalo Hermida, técnico de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, estimó que el rinde nacional superaría en 5% el promedio de las últimas cinco campañas.
Para Manuel Suárez, técnico de Red Surcos, en Santa Fe y Entre Ríos el cereal
se concentra entre floración y madurez fisiológica y la condición general del
cultivo es buena.
"El 20% presenta una condición muy buena, con expectativas de rendimientos superiores a las normales, un 55% tiene una condición buena, con expectativas de rendimientos normales, el 20% regular, con expectativas de rendimientos inferiores a los normales y el 5% restante en una condición mala, con expectativas de rendimientos muy inferiores a las normales", describió.
Para Suárez, en el cultivo los principales inconvenientes observados dentro de la condición regular y mala son las fechas de siembras muy tardías, el escaso desarrollo de las plantas, variedades muy susceptibles al ataque de hongos que no han recibido controles adecuados y también los problemas de anegamientos, que ocasionaron una baja densidad de plantas. "La campaña se caracterizó por un ambiente propicio para el desarrollo de patógenos y se potenció por la presencia de variedades susceptibles, las cuales fueron atacadas en etapas muy tempranas del ciclo del trigo", indicó el experto de la empresa.
Según detalló, en la semana comenzó la cosecha de los primeros lotes y los rindes no tuvieron el rendimiento esperado, con un promedio de 20 a 22 quintales por hectárea, lejos del rendimiento promedio proyectado para la campaña, de 32 a 34 qq/ha. Esto ocurrió por el impacto de las enfermedades en el cultivo.
Para la zona de Rosario, Sebastián Parola detalló que allí las expectativas de rinde "son muy buenas", pero se mantiene "cierta preocupación" por el impacto de las enfermedades.
Matías Baltar, otro técnico de la firma, destacó que en la zona de Chivilcoy, en el centro de la provincia de Buenos Aires, las intensas lluvias registradas durante septiembre permitieron un importante desarrollo de enfermedades en el cultivo. "La situación mejoró en octubre y posibilitó un adecuado llenado de granos", contó. ¿Qué se aguarda para los rindes? "Se espera un rinde promedio de 35 quintales por hectárea", señaló.
Más al sur, para la zona del sudeste bonaerense, según Agustín Bellesi, se observan lotes muy heterogéneos tanto en estado fisiológico como en la condición del cultivo. "En algunos trigos más al sur, que tuvieron algún efecto de heladas tardías y un déficit hídrico temporal se esperaría un menor potencial mientras que para la zona de la costa las condiciones fueron mucho más favorables esperándose buenos rendimientos", explicó el experto. En esa región la campaña también estuvo marcada por una alta presión de enfermedades. Donde el monitoreo no fue el correcto o en el tiempo adecuado se debieron hacer hasta tres aplicaciones de fungicidas.