CÓRDOBA.- La propuesta de subir impuestos internos a las economías regionales
ya generó impacto político: los gobernadores de las provincias a las que
alcanzarían los cambios salieron en defensa de sus producciones. El economista
Jorge Day, del Ieral, planteó como ejemplo que la región pampeana fue la de
mejor nivel de actividad en los últimos tiempos, impulsada por la rebaja de las
retenciones y la quita de las trabas al comercio exterior dispuestas a fines de
2015. En cambio, la Patagonia y Cuyo evolucionaron por debajo de la media
nacional. Se caracterizan por su alta dependencia del precio internacional del
petróleo y por contar con actividades muy intensivas en mano de obra, con costos
laborales altos.
Day insistió en que la moderada recuperación que registra la economía tiene razones como los altos costos en dólares y de logística, presión impositiva "asfixiante", falta de crédito, y en estos últimos trimestres, altas tasa de interés.
A pesar de los problemas de competitividad, la región pampeana -en especial
el campo y la agroindustria- presentaron buenos indicadores de actividad (aunque
parcialmente neutralizados por el daño de las inundaciones) para lo que ayudaron
la eliminación o reducción de las retenciones y de las restricciones para
exportar.
La contracara está en la Patagonia, afectada por el bajo precio internacional del petróleo y agravada por los altos costos laborales, y Cuyo, donde la minería fue alcanzada por los bajos precios del oro, y los problemas ambientales.
En el caso de la vitivinicultura, las exportaciones se estancaron y vienen cayendo desde hace seis años, también por los altos costos en dólares. En cuanto al norte, Tucumán y Salta son las que presentan mejor desempeño en el NOA, mientras que Corrientes lo hace en el NEA.
El trabajo menciona que la Nación procurará que las provincias reduzcan Ingresos Brutos, una carga muy distorsiva por su efecto cascada. En las provincias "económicamente" grandes, que dependen menos de los fondos nacionales, es un impuesto clave y cualquier cambio en sus alícuotas resentirá sus finanzas en el corto plazo. Si a eso se le suma que posiblemente la reforma impositiva congelará las transferencias de fondos nacionales, "más difícil será la reducción" de Ingresos Brutos.
Respecto de los impuestos internos a productos netamente regionales, Day apunta que la vitivinicultura aparece entre los perdedores. "Pasará a pagar este impuesto (17%) justo en un periodo en que el sector está con serios problemas de competitividad; no sólo tiene altos costos en dólares, sino que viene de dos muy malas cosechas, con subas de la materia prima", dijo.
La fracción de los vinos varietales (Malbec y otros) podrá eludir ese impuesto si se exportan, pero los envíos están estancados hace seis años debido a la menor competitividad. Los vinos comunes, muy dependientes del mercado interno y con tendencia decreciente en su consumo, se verán muy afectados. "Si se logra una cosecha normal, el impuesto se trasladará a los productores primarios. Claramente, una medida que se aplica en un momento inoportuno", explicó.
Sobre los costos laborales, la reforma plantea una reducción, a través de la fijación de un mínimo no imponible, aunque con alícuotas mayores. Beneficiaría más a los sectores muy intensivos en mano de obra y con salarios no tan altos, que es el caso de varias economías regionales (agro y agroindustria).
En cambio, juega en contra en aquellas actividades con poco personal y con salarios muy altos, como el petróleo y la minería. La Patagonia se vería "menos aliviadas en ese sentido".
El análisis incluye el impacto que las medidas apuntan al fomento de la inversión (menor impuesto a las ganancias si no se reparten utilidades, devolución de IVA si se invierte, por ejemplo) y sostiene que la clave es que haya rentabilidad suficiente para encararlas.
Menciona que hay proyectos de inversión vinculados al agro pampeano, construcción y energías renovables no convencionales, sectores que gozan de algún beneficio fiscal, mientras que varias actividades catalogadas como "economías regionales" enfrentan un serio problema de competitividad.
Desde hace varios años, sus precios de exportación no han podido seguir los mayores costos en dólares. Por eso, no es un sector del cual se puedan esperar grandes inversiones. "Las medidas ayudan, pero están mal posicionadas", precisó.
Los cambios propuestos tendrían efectos "ambiguos" en lo que hace al financiamiento. Aunque no se elimina el impuesto a los cheques, sí podría ser utilizado a cuenta de Ganancias. "Si es así, la pregunta es si alentará a una mayor bancarización. Si así fuese, podría haber mayores depósitos, que son la fuente de los préstamos bancarios. Pero por otro lado, se desalienta el ahorro financiero de las personas físicas", afirmó.