La relación entre la Argentina y Estados Unidos por el biodiésel podría sumar
próximamente un nuevo foco de tensión. Tras la imposición, en agosto pasado, de
aranceles de un nivel promedio de 57% para el biocombustible por supuestos
subsidios (vía las retenciones), la Argentina podría dar a conocer que no
descarta pedir un arbitraje a la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La semana pasada, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Horacio Reyser, y el secretario de Comercio, Miguel Braun, se reunieron en Washington con autoridades del Departamento de Comercio de Estados Unidos que conduce Wilbur Ross. De esa cartera había salido no solamente la normativa sobre los altos aranceles, sino también la de los recientes derechos antidumping, que van del 54,36% al 70,05%. Son tasas que hacen inviable cualquier exportación a ese mercado, que en 2016 compró 1,5 millones de toneladas, por US$ 1240 millones.
Los funcionarios locales fueron hasta Estados Unidos no sólo para intentar un
acuerdo de suspensión de la medida; también llevaron la propuesta de un
compromiso para autolimitar las ventas a ese mercado a 1,5 millones de
toneladas. Es el mismo volumen que la Argentina colocó el año pasado y con el
que se cubrió casi el 20% de la demanda interna del país comprador.
Presionados por el lobby de la National Biodiesel Board (NBB), la entidad de productores norteamericanos del biocombustible -que había reclamado sanciones contra la Argentina-, las autoridades de Estados Unidos pidieron que el país unifique las alícuotas de las retenciones. Mientras el biodiésel tributa 0%, el aceite de soja está en un nivel de 27 por ciento.
En análisis
La NBB solicitó que el país haga una revisión del esquema de retenciones. Así lo hizo saber la cartera que conduce Ross.
Si bien la Argentina puso hace poco en análisis la suba de las retenciones al biodiésel a un nivel de entre 7 y 15%, esa medida habría quedado por el momento descartada, porque podría perjudicar la reciente reapertura de Europa, un mercado que en todo este año se llevaría un volumen de 370.000 toneladas. Según fuentes del sector, cualquier tasa mayor al 5% dificultaría el ingreso a los países europeos, donde la protección total efectiva ronda el 15 por ciento.
"Hoy se publican los aranceles definitivos por subsidios y el 2 de enero próximo, los aranceles definitivos por dumping", contó una fuente que sigue las negociaciones por el biodiésel.
En este contexto, como la Argentina no pudo revertir las sanciones dispuestas por Estados Unidos, diversas fuentes consultadas por LA NACION señalaron que el país preparará el terreno para poder ir a la OMC. Este paso podría hacerse efectivo cuando también se conozcan los otros aranceles definitivos.
"No se van a aceptar los pedidos que hizo el lobby de biodiésel del sector privado de los Estados Unidos de la NBB", contó una fuente con acceso a ámbitos oficiales.
Según esa fuente, nuestro país no le hizo ningún daño a la industria norteamericana, pese a lo que sostiene la NBB.
La entidad que reúne a los productores norteamericanos había alertado que, debido a la competencia argentina, estaban en riesgo 50.000 puestos de trabajo en el mercado norteamericano. Además, la queja de esos productores se basaba en el argumento de que las importaciones se habían disparado más de 400% desde 2014, el primer año de ingreso al país del biodiésel exportado por la Argentina. Desde nuestro país se desestima que hayan existido esas consecuencias: "Por el contrario, [la industria de Estados Unidos] ha crecido significativamente", apuntó la fuente oficial.
Un camino largo
Salvo que haya una resolución favorable de último momento al más alto nivel político, en el Gobierno ya admiten lo que vendría: "Eventualmente nos preparamos para iniciar un arbitraje ante la OMC". EN 2013, Europa, que venía comprando un volumen similar de biodiésel al que se llevó en 2016 el país hoy gobernado por Donald Trump, aplicó aranceles cuestionando las retenciones en la Argentina.
Ante esa situación, nuestro país recurrió a la OMC y le ganó un panel. Luego de varias idas y venidas, a Europa no le quedó otra alternativa que bajar sus aranceles para facilitar el ingreso de la producción argentina. El bloque europeo tenía una protección total del 30% que cayó al 15%.
Por más que la Argentina pueda buscar que la OMC le de la razón, como en su momento pasó con Europa, el camino a recorrer podría llevar dos años.
La Argentina fue el cuarto productor mundial de biodiésel en 2016, con 2,25 millones de toneladas. Y durante ese año fue el responsable de proveer 20% del total del biodiésel consumido en suelo norteamericano.