Brasil podría abrir un cupo de 750.000 toneladas para la importación sin
aranceles de trigo de cualquier destino.
Así trascendió en el marco del congreso internacional de trigo que finalizó ayer en Campinas, San Pablo, organizado por la Asociación Brasileña de la Industria de Trigo (Abitrigo), y donde participaron empresarios y funcionarios argentinos.
Hoy la importación extra Mercosur debe pagar un arancel del 10%, lo que
brinda una protección para el cereal argentino que se coloca en el mercado de
Brasil. El cereal argentino llega con una ventaja de entre 35 y 40 dólares por
tonelada respecto de otros trigos extra Mercosur, en especial de EE.UU. En
tanto, sin arancel la ventaja se reduce a unos 10 dólares por tonelada o queda a
la par de otros trigos.
Brasil vino comprando sin aranceles en los últimos años. Apeló a esa modalidad sobre todo cuando el gobierno de la ex presidenta Cristina Kirchner limitaba las exportaciones del cereal.
En Abitrigo, los empresarios argentinos se enteraron de esta movida en los contactos con sus pares de esta entidad que preside Rubens Barbosa. La decisión final sobre ese cupo, que algunas fuentes consideran inminente, la debe tomar la Cámara de Comercio Exterior (Camex) del Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios del vecino país.
Hay diferentes interpretaciones sobre el motivo de esta apertura y de su impacto sobre el trigo argentino. Algunos creen, por ejemplo, que es una presión de empresarios brasileños que no les interesa demasiado conservar las actuales condiciones comerciales en el Mercosur y piden una mayor apertura a su Gobierno. Otros sostienen que es un intento de la molinería brasileña por asegurarse trigo en un contexto de menor producción interna y una previsión de que la cosecha argentina también será menor.
Brasil cosechó 6,72 millones de toneladas en el ciclo pasado y ahora cerraría, según las últimas estimaciones oficiales, en 4,8 millones de toneladas, una merma en torno del 27 por ciento. En tanto, la cosecha argentina de trigo se recortaría en unas 500.000 toneladas versus el año pasado.
Vale recordar que, según el Senasa, en los primeros ocho meses del año sobre 9,2 millones de toneladas exportadas por el país al mundo 3,35 millones de toneladas fueron a Brasil, lo que representó un 10% más respecto de igual período de 2016.
"Sobre una importación total de 5,5 a 6,5 millones de toneladas por parte de Brasil, no cambia mucho (para la Argentina) si se autoriza, aunque no hay nada decidido", dijo a LA NACION Javier Buján, de Kimei Cereales.
Por su parte, Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), evaluó: "No creo que vaya a modificar demasiado la operatividad del trigo argentino con Brasil teniendo la merma que van a tener (en cosecha)". Para Cifarelli, el cereal que eventualmente ingrese lo haría para el nordeste brasileño.