La primera conferencia del ciclo Argentina frente al Mundo, organizado por Clarín Económico y el banco HSBC y desarrollada el pasado 25 de septiembre, no dejó lugar a dudas sobre el gran potencial que tiene el país en materia de agronegocios. Pero al mismo tiempo, giró en torno a los desafíos que enfrenta la agroindustria para aprovechar una oportunidad, que muchos califican de histórica.
“No hay dudas de que Argentina puede alimentar a unas 400 millones de personas”, señaló Gabriel Martino, presidente del HSBC al abrir el encuentro, refiriéndose así al desafío que tiene ante sí el país para insertarse en los mercados globales y ser el supermercado del mundo.
En esa misma, Héctor Huergo, director de Contenidos de la Hub Rural de Clarín, recordó que en las últimas dos décadas “hubo un proceso continuo de crecimiento de una demanda nueva, que se apoya en dos cuestiones, por un lado, una transición dietética en el mundo y en segundo lugar, el precio de la energía”, que abrió una ventana para utilizar recursos agrícolas como fuente energética.
Hay coincidencia en las ventajas comparativas que tiene Argentina para producir alimentos y biocombustibles, pero el costo argentino, las trabas burocráticas para operar y la carga impositiva, se convierten en pesados lastres al momento de producir y ampliar el horizonte de negocios.
Un calificado panel integrado por Ricardo Buryaile, ministro de Agroindustria de la Nación; Hernán Lacunza, ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires; y el productor y empresario agropecuario Ignacio Lartirigoyen, moderado por la periodista Silvia Naishtat, analizó hacia dónde se dirige el país.
Argentina “definió que le corresponde estar en el escenario internacional, nuestro lugar en el mundo es el comercio agroindustrial”, arrancó Buryaile y recordó que el Gobierno dio un giro de 180% en esta materia para “dar previsibilidad al mundo”.
El ministro resaltó que el sector agroindustrial explica el 18% del PBI, el 32% del empleo y “representa a todo el movimiento del interior, que es lo que le da vida a todo el país. Son casi 300.000 establecimientos agropecuarios, 17.000 industriales y 80% de ellos son pymes”. Además, según Buryaile somos “el país con más superficie para desarrollar agricultura, el primero en reserva de agua de la región y potencialidad de crecimiento”.
Por su parte, Hernán Lacunza sostuvo que el país “tiene todo para ganar en cualquier acuerdo comercial o de liberalización del comercio” y se mostró “optimista en poder reinsertarnos” al mundo. Eso se debe a que por primera vez en décadas “los países que lideran, básicamente de Asia, son más complementarios que sustitutos y esto hace subir los términos de intercambio”, subrayó.
Pero también hay cuentas pendientes. El propio Buryaile reconoció problemas por “la alta presión impositiva, el tipo de cambio efectivo y una burocracia importante”. Es una mirada que comparte el empresario Ignacio Lartirigoyen, para quien “hay mucha burocracia, muchos trámites. Yo me siento acompañado por el Gobierno –concedió- pero a nivel laboral, comparado con Brasil nuestro costo es 50% más”. Y reclamó: “El Gobierno debe ponernos en las mismas condiciones que otros países para poder competir”.
La lista de demandas va desde la simplificación impositiva, reducción de costos laborales y logísticos, y menor burocracia. “Sabemos que no podemos pedir ahora una baja (de impuestos) pero sí pedimos que se amplíe la base tributaria”, precisó el empresario.