El gobierno bonaerense cree que la provincia de Buenos Aires seguirá
padeciendo las inundaciones en el corto plazo si se repite el volumen de lluvias
que recibió este año, pero afirma que tiene un plan de obras hídricas en marcha
y un sistema de emergencia que pueden mitigar los daños por el fenómeno
climático.
En el equipo de la gobernadora Vidal estiman pérdidas en la producción agrícola y ganadera por US$ 450 millones. "Se dejarán de sembrar 250.000 hectáreas con trigo, pero creemos que todavía hay una oportunidad con el maíz y la soja de la campaña 2017/18; somos cautos con las cifras", sostienen los funcionarios, en referencia a los cálculos de las entidades ruralistas, que estiman pérdidas mayores por el impacto en la cadena comercial.
El plan para enfrentar las inundaciones consiste, primero, en concretar obras
de corto plazo para evitar que las aguas lleguen a los cascos urbanos de las
localidades del interior. Luego, poner en marcha un sistema de alerta temprana
para anticipar posibles crisis y, al mismo tiempo, concretar las obras de largo
plazo, como las del Plan Maestro del Río Salado.
Otro aspecto clave, afirman, es participar de la coordinación con las provincias vecinas que lleva adelante el Ministerio de Interior de la Nación, ya que Buenos Aires es el desagote natural del agua que viene de La Pampa, Córdoba y Santa Fe.
Como ejemplo de obras de corto plazo, los funcionarios de Vidal citan un terraplén de 18 kilómetros que se construyó alrededor de General Villegas y que impidió que el agua ingresara en la ciudad. Anteayer, la gobernadora recorrió esa localidad provincial junto con el ministro de Agroindustria y el subsecretario de Infraestructura Hidráulica, Leonardo Sarquís y Rodrigo Silvosa, respectivamente.
En cuanto a las obras estructurales, la apuesta más fuerte es concluir con el Plan Maestro del Río Salado. "Empezó en 1999 y tendría que haber estado terminado en 2011", recuerdan las fuentes. Este mes comenzarán las obras en los primeros 27 kilómetros correspondientes a la cuarta etapa, desde la laguna Las Flores hasta Bragado. Para esto ya está asegurado el financiamiento del gobierno nacional por $ 1800 millones.
El año próximo está previsto comenzar otro tramo de 34 kilómetros, para lo cual ya está el financiamiento del Banco Mundial por US$ 300 millones.
En el gobierno bonaerense dicen que necesitan otros US$ 700 millones para terminar todas las obras. Así estaría concluido lo sustancial de las obras de la cuenca del Salado. Y prevén que en un lapso de cinco años esté completo todo el plan.