WASHINGTON.- El Gobierno presentó ante el Departamento de Comercio de Estados Unidos una propuesta para alcanzar un "acuerdo de suspensión", que intenta frenar la fuerte suba de aranceles que aplicó el gobierno de Donald Trump a las exportaciones argentinas de biodiésel, dejándolas fuera de mercado.
Fuentes que siguen las tratativas comerciales en Washington confirmaron a LA
NACION que el gobierno de Mauricio Macri intentará negociar un acuerdo que
permita, al menos, reducir los aranceles del 50,29 al 64,17% que impuso el
Departamento de Comercio ante los reclamos de la Junta Nacional de Biodiésel
(NBB, según sus siglas en inglés) por supuesto dumping y "subsidios masivos".
Un vocero del Departamento de Comercio no respondió una consulta de LA NACION sobre la presentación argentina. Doug Whitehead, directivo de la NBB, dijo que esperan que la decisión se confirme y evitó referirse a una posible negociación con los productores argentinos.
El Gobierno espera recibir una respuesta del gobierno norteamericano la semana próxima y utilizar el "acuerdo de suspensión" para negociar un pacto definitivo que permita destrabar los envíos argentinos, claves para equilibrar la balanza comercial, hoy favorable a Estados Unidos. Pero el fuerte aumento arancelario impuesto por el gobierno de Trump ya dejó a la Argentina mal parada, al asestar un golpe del cual no se avecina una recuperación total.
Aun si se alcanzara un acuerdo final, las empresas argentinas terminarían vendiendo un volumen menor y con menores márgenes, ya que la suba de aranceles no desaparecería del todo, y el techo que fijó Estados Unidos fue mucho más alto que el deseado por la Argentina.
En el Gobierno preveían que el Departamento de Comercio elevaría los aranceles para la Argentina como un paso previo hacia un acuerdo final. Pero nunca se imaginaron la magnitud de la suba, que cayó muy mal. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, uno de los funcionarios de confianza del presidente Macri que maneja las discusiones comerciales con el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo que la suba estuvo "totalmente fuera de escala".
"Esperábamos que ese arancel preliminar estuviera en el orden del 25 por ciento y no en el 57 por ciento promedio, como ocurrió", cuestionó Cabrera.
Ahora, sólo resta negociar. En Washington aún se destaca la buena sintonía política que existe entre ambos gobiernos, pero, a la vez, advierten ahora que eso no necesariamente arrojará buenos resultados.
"La sintonía de la relación hace pensar que podría ser posible avanzar en el camino para obtener resultados. Después, que se obtenga o no es otra cosa. Pero existe voluntad política", afirmó una fuente que sigue de cerca las tratativas comerciales. "Estados Unidos negocia con mucha dureza", agregó.
No obstante, la fuente aclaró que lograr un acuerdo "no implica reconocer la existencia alguna de subsidio al biodiésel argentino ni la existencia de daño a la industria estadounidense producto de las exportaciones argentinas".
La disputa con el gobierno de Estados Unidos se suma a la que Argentina mantiene con la Unión Europea. La semana próxima, el 7 de septiembre, la Comisión Europea tiene previsto decidir el arancel que le fijará al biodiésel argentino, luego del fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) favorable a la Argentina. Europa aún no autorizó la apertura del mercado. Lo iba a decidir el 10 de este mes, pero postergó la decisión.
La Argentina es el principal exportador mundial de biodiésel, que representa alrededor de un cuarto de las exportaciones anuales a Estados Unidos.