Sin duda alguna, la presión negativa que sufre el precio de la soja proviene de la oferta que brindará EE.UU. una vez que, en noviembre, la cosecha avance a todo ritmo.
Como se ha dicho reiteradamente, por ahora, las estimaciones oficiales, siguen hablando de un extraordinario volumen.
Sin embargo, es probable (o muy probable) que las estimaciones se modifiquen a favor de los precios una vez que se verifique el daño real que habrá ocasionado el clima sobre los cultivos del norte.
Por ahora, el gran factor que sostiene los precios procede de las sostenidas importaciones de China.
Este gigante asiático es la segunda mayor economía mundial, con un PBI que es casi 20 veces más grande que el de la Argentina. Y, pese a que su tasa de crecimiento se ha reducido en los últimos años, desde 1980 ha crecido a una tasa promedio anual de casi 10%.
El 8 de agosto pasado, con datos de la Aduana de China, Zeni informó que las importaciones totales de soja lograron un nuevo récord, con 10,08 millones de toneladas en julio pasado.
El gráfico muestra las barras azules que corresponden al año 2017. Se aprecia claramente cómo éstas son mucho más elevadas que las de los tres años anteriores.
China habría sumado, durante el primer semestre del año, un volumen de importaciones por 54,89 millones de toneladas. Este es casi un 17% más que en el mismo semestre del año anterior.
Además de este factor, sigue actuando con fuerza la depreciación del dólar respecto al euro y a las principales divisas en el mundo.
Como cualquier divisa, el dólar es también resultado del clima político e institucional de su país y de las expectativas que su economía ofrece. La depreciación de esta moneda, en buena medida, proviene de las actitudes poco ortodoxas del líder del país; y resulta de una gradual pérdida de credibilidad como reserva de valor.
El gráfico es elocuente. A principios de año, con un solo euro se compraba casi un dólar. Hoy se necesita 0,84 euros para comprar un dólar.
O lo que es lo mismo, ahora para comprar un euro se necesitan 1,18 dólares.
