Unos US$ 1300 millones por perdida de rendimientos (Ing. Palau e Ing. Senessi,
2015, Agronegocios UBA) y otros US$ 700 millones por el incremento en la
aplicación de herbicidas específicos, considerando un sobre costo de US$ 50 a
100 por hectárea (Aapresid REM). La competitividad del cultivo de soja está en
riesgo y los productores de la Argentina no tienen chances de poder competir en
igualdad de condiciones con los productores de Brasil y de los Estados Unidos.
El hecho cobra mayor relevancia y gravedad con la baja que se produjo en el valor de la soja en el mercado de Chicago desde comienzos de agosto. La baja acumulada supera los US$ 27, mientras que en nuestro país las bajas fueron mucho menores, con pérdidas de US$ 7 en la soja disponible, ahora en US$ 243 y de US$ 8,5 en la posición de soja mayo 2018 en el Matba, ahora en US$ 251.
En el momento que la baja en nuestro país acompañe la caída que se registre
en el mercado de Chicago, el valor teórico de nuestra soja debería ser de US$
223 por tonelada en el disponible y de US$ 231 para la soja nueva. El tipo de
cambio atrasado, versus los mayores índices de inflación, el ajuste de bienes y
servicios en pesos no hacen más que aumentar en forma permanente los costos
equivalentes en dólares de la actividad productiva.
Dicho de otra forma, somos cada vez menos competitivos, si a ello se agrega la baja de los precios la situación es todavía mucho más complicada. Esta es justamente la mayor preocupación del Gobierno, cómo lograr que mejore la competitividad de la Argentina no sólo de las producciones agrícolas, sino también de los productos de las economías regionales. Se habla de la reforma impositiva y laboral, ambas son medidas útiles y necesarias, nos preguntamos si las mismas podrán llegar a tiempo para mejorar los ajustados márgenes actuales de los cultivos, principalmente la soja.
Es muy importante para la soja mejorar sus niveles actuales de productividad
pues si el mercado internacional sigue consolidando su tendencia negativa y la
soja nueva llegara hipotéticamente a US$ 230 tonelada, más del 50% de las zonas
productoras del país tendrán márgenes negativos. Un productor en zona núcleo con
un rinde de 4000 kilos por hectárea sale hecho, al igual que un productor del
sur de Córdoba con 3000 kilos, en tanto que el NEA y el NOA arrojarían márgenes
negativos.
Esta semana se conoció en EE.UU. la aprobación por parte de la FDA del gen HB4 con resistencia a sequía. Este gen fue desarrollado por la Universidad Nacional del Litoral y cuya patente tiene la compañía argentina Bioceres. Este nuevo evento podría llegar a la Argentina si las empresas que se sustentan en la investigación y desarrollo de nuevos eventos tuvieran un marco legal claro y preciso que les permita cobrar por sus inversiones en investigación y desarrollo por estas nuevas tecnologías.