El margen de la fertilización en maíz del productor podría crecer entre 2,3 y
7,2 veces en 25 de Mayo y entre 2,54 y 3 veces en Pergamino siguiendo
recomendaciones para realizar un mayor aporte de nutrientes.
Esos datos se desprenden de ensayos de Fertilizar y toman en cuenta tanto los rindes como el margen de la fertilización, esto es, los costos del fertilizante versus los ingresos por encima del testigo sin recibir fertilización. La zona de 25 de Mayo es un sitio menos productivo que Pergamino, pero se analizó la respuesta tanto en uno como en otro.
En 25 de Mayo, un testigo sin fertilizar ronda las 6,95 toneladas por
hectárea. Aplicando una fertilización media para su zona, con nitrógeno y
fósforo, el productor pasa a 8,03 toneladas por hectárea. Y sube a 8,46
toneladas (un 5% más sobre su propio planteo) si mejora el planteo y además de
nitrógeno y fósforo agrega azufre. Además, ese rinde puede dar otro salto y
alcanzar 10,92 toneladas (un 36% más) si apuesta a más tecnología y suma un
microelemento, básicamente zinc. En 25 de Mayo hay un gran cambio al manejarse
mejor el nitrógeno con las dosis.
En Pergamino, un testigo da 11,5 toneladas por hectárea. Según la entidad, con nitrógeno y fósforo el productor puede lograr un rinde de 12,9 toneladas, Si mejora el manejo de nutrientes y suma azufre, pasa a 14,5 toneladas. En tanto, si a todo lo anterior le da otra vuelta de tuerca y agrega en el combo al zinc, crece su rendimiento a 15,43 toneladas.
Hasta aquí lo que pasa con los rindes. Cuando se ve qué ocurre con el balance
aparente de P, sólo con el tratamiento completo (N+P+S+Me con zinc) se da la
situación de que se aleja del terreno negativo y es claramente positivo.
Además, el otro punto interesante es ver qué sucede con el margen de la fertilización (los costos del fertilizante versus los ingresos por encima del testigo). En la zona de 25 de Mayo, en su planteo original poniendo 262 kilos por hectárea el productor gana en margen de fertilización 28 dólares por hectárea. En tanto, si mejora y añade S a N y P, con 311 kg/ha gana US$ 65 por hectárea, esto es 2,3 veces más.
Además, si va por un planteo completo (N+P+S+ Zinc), aquí con 771 kg/ha al final de las cuentas logra un margen de fertilización de unos US$ 204 por hectárea, 7,2 veces más respecto del primer planteo de su fertilización.
La mejora también es notoria para Pergamino, donde el suelo es más fértil. Aquí, si con su manejo inicial pone 145 kg/ha, con N y P, gana en margen de fertilización 116 dólares por hectárea. Luego, si aplica 175 kilos (con N, P y S), gana 296 dólares por hectárea, 2,54 veces más.
Finalmente, si pasa a 280 kilos (con N.P, S y Me), consigue obtener 350 dólares por hectárea. Se trata de 3 veces más.
Esta semana, en una charla donde participaron Jorge Bassi, vicepresidente; Andrés Grasso, director técnico, y Dorivar Ruiz Diaz, un experto en fertilización y nutrición del suelo en la Universidad de Kansas, en los Estados Unidos, se insistió en la tecnología disponible para poder alcanzar un mayor rendimiento. La relación insumo-producto con urea y fosfato diamónico sigue en niveles muy convenientes en el promedio de los últimos diez años. Para Ruiz Diaz, perder rinde por no aplicar representa una pérdida grande.