La diferencia de precios entre la carne vacuna y la de cerdo hace que el consumo de carne porcina siga en el récord de 17,1 kilos por habitante y por año, de acuerdo a un informe de la Asociación de Productores Porcinos.
Según su presidente, Juan Uccelli, en el primer semestre los precios del cerdo en pie se mantuvieron estables lo con una leve variación. Así las cosas, es 22,1% más barato que el kilo vivo del novillo.
Más aún en los primeros seis meses del año, el precio de la carne de cerdo en las góndolas aumentó 5,2%, bastante por debajo de la inflación de los primeros seis meses que arrojó 11,8%.
Esa diferencia de precios no significa que los productores estén en situación de quebranto, ya que sus principales insumos también bajaron. El precio del maíz tuvo una caída en el semestre del 15,2% y el de la soja, del 8,9%. “Hubo una rentabilidad positiva en el sector”, se informó.
Claro que el dolor de cabeza les llega por las importaciones que en el primer semestre crecieron 79,4% con respecto al primer semestre del 2016. La importación ya participa en el 11% de la oferta total.
En cuanto a la producción doméstica de carne porcina ha subido un 7% con respecto al primer semestre del año pasado.
El grueso de las importaciones son fiambres que llegan desde Brasil. Así el jamón representa el 29% de lo que ingresa, la paleta 22% y la bondiola, otro 19,5%.
Argentina produjo entre enero y junio de este año unas 330.720 toneladas de carne porcina y lo que ingresó desde el exterior sumó unas 37.426 toneladas.
La producción de este año también se encamina a un nuevo récord. Durante 2016 la producción de carne porcina marcó un pico al superar por primera vez las 500.000 toneladas que se superarían en 2017.