CORDOBA.- Nuevos servicios se van incorporando para que los productores
puedan ganar eficiencia en sus tareas y, básicamente, reunir, procesar y
analizar los datos de sus campos para decidir ahorrando costos y tiempo. Dos de
esos desarrollos apuntan a reemplazar los accesorios manuales en la medición de
lluvias y temperaturas y en la dinámica de las napas freáticas, un problema
significativo en el sur de esta provincia, San Luis, Santa Fe y La Pampa.
La empresa cordobesa AVL Plus -dedicada hace una década al seguimiento satelital de vehículos- desarrolló y comercializa Dropper, un pluviómetro con sensores cuyo precio de mercado equivale a un tercio de los importados. Los otros similares que existen son con sensores importados y CPU nacional.
El titular de la empresa, José Berbotto, explicó que comenzaron el desarrollo hace tres años pero que recién en los últimos meses salieron al mercado. Las estaciones meteorológicas importadas arrancan entre los 30.000 y 40.000 pesos. La de AVL Plus tiene un precio final de 9500 pesos y permite registros de temperatura, lluvias y humedad.
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La última versión del instrumental incluye la posibilidad de -vía control
remoto- accionar sistemas de riego o bombas para tanques. "El equipo notifica y
el usuario decide. Se instala completo y el cliente resuelve qué usar; todo por
el precio equivalente a tres tanques de combustibles", agregó Berbotto.
Con unos 20 equipos instalados (y algunos vendidos a Paraguay y Chile),
Berbotto apunta que en la relación con los productores van surgiendo otros
desarrollos periféricos, como sensores de temperaturas de silos o de suelos.
"Tendemos a hacer algo amigable. Hay muchas aplicaciones que ofrecen datos, pero ninguno los precisos del campo propio. Competimos con valor agregado, con lo que permite anticipar decisiones y ahorrar costos", dijo.
EL PROBLEMA DE LAS NAPAS
Logatec, una firma de San Luis, es la primera en el país en desarrollar medidores de napas con sensores. Javier Carrizo, su director, señaló a este diario que iniciaron el proceso en conjunto con las áreas de Medio Ambiente y Producción de la provincia y el Conicet.
Con la aparición de nuevos ríos "de la nada" en la cuenca de El Morro (sudoeste de San Luis) empezó a seguirse de cerca el movimiento de las napas freáticas. La empresa, especialista en integración de tecnología, instrumentó este freatrímetro que mide automáticamente la dinámica y la reporta a un centro de cómputos. Hay 22 equipos instalados en la zona.
Para instalarlos se perfora la tierra -la cantidad de metros depende de las condiciones- hasta llegar a la napa; se entuba el pozo para que la tierra no invada el ingreso o salida de agua cuando la napa fluctúa.
"Todo lo que hay instalado en otros lugares es manual -describe Carrizo-, lo que obliga a recorrer las zonas; este modelo permite seguir todas las variaciones; se programa cada cuánto medir y con el registro se puede predecir, anticiparse a qué tan alto o a qué velocidad puede subir la napa para accionar bombas de alivio o tomar las medidas que correspondan", explicó.
La empresa fue contactada desde La Pampa y Santa Fe donde también hay problemas de napas altas que provocan anegamientos.