La posibilidad de la Argentina de aprovechar la crisis que atraviesa el mercado brasileño de carnes, enfrenta un obstáculo principal. En los últimos meses, la diferencia de precios entre la Argentina y Brasil en cuanto al novillo de exportación trepó hasta un 24%, lo que marca que el coste local complica la competencia de la carne argentina en los mercados.
Según se desprende de un análisis realizado por el sitio especializado Valor Carne, se trata de la distancia más alta desde enero de 2016, cuando recién comenzaban a modificarse las políticas sectoriales. Así, en Brasil, el precio promedio retrocedió un 3% (a mediados de junio), ubicándose en u$s 2,60 por kilogramo, mientras que para la Argentina, el novillo pesado apto para la Unión Europea se apreció dos centavos de dólar (poco más del 0,5%), y se ubicó en u$s 3,23. "La suba fue el resultado de una minúscula mejora en los precios ofrecidos por los frigoríficos, de $ 0,10 (0,2%), y la revaluación del peso (0,4%)", destacó el informe.
En Brasil, que se encuentra en medio de una crisis estructural tras el escándalo denominado "Carne Fraca" que llevó a una veintena de países, entre ellos importantes compradores como China, Hong Kong y la Unión Europea (UE), a imponer restricciones temporales a las importaciones de carnes brasileñas, la pérdida de valor en dólares del novillo terminado, iniciada a mediados de febrero, ya acumula un 17%. Sin embargo, para Fernando Canosa, especialista cárnico, eso no es un inconveniente ya que la carne argentina históricamente ha sido más cara que la de países como Brasil o Uruguay "por la calidad de los cortes", aunque sí reconoció que actualmente costo argentino es alto y afecta la competitividad. "En general el costo es alto, sobre todo en la cuestión logística o la mano de obra industrial, pero lo importante es que se está trabajando para poder bajarlo", sostuvo a El Cronista.
El especialista descartó de plano un efecto contagio tras la noticia del cierre de Brasil. "No va a haber impacto directo. Estas cosas se manejan con mucho tiempo de anticipación, y las cuestiones sanitarias son independientes unas de otras", afirmó. En este sentido coincidió con Miguel Schiariti, Presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), quien afirmó no creer que vaya a haber un efecto, aunque reconoció que "no es bueno porque pone en duda los controles en Sudamérica". Además, afirmó que "hoy tenemos un atraso cambiario que nos deja fuera de los mercados", y precisó que los reintegros, según sus cálculos, deberían subir al 10% para ser competitivos (actualmente se encuentra en un 4%, y se prevé que subirá un 1,8% más).
La cuestión fue problematizada por el Presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), Mario Ravettino, quien afirmó que la decisión de los Estados Unidos de suspender las importaciones de carne fresca proveniente de Brasil tiene que ser una causa de preocupación para el sector argentino. "Eso impacta siempre mal. Cuando hay una noticia en el mundo de problema sanitario o hay duda del origen, lo primero que repercute es en el consumidor que tiene reparo sobre consumir carne", expresó Ravettino en declaraciones a Télam.
Actualmente, el Gobierno de Macri se encuentra tramitando el ingreso al mercado estadounidense, que en principio será para una cuota sin aranceles de 20.000 toneladas anuales, lo que significaría un certificado importante para ingresar en otros mercados como el de Canadá o Japón. En números, las exportaciones de carne bovina en volumen vienen en crecimiento desde 2016, cuando tuvieron un alza del 16%, equivalente a 230.203 toneladas de res con hueso (representó en la balanza comercial unos u$s 1028 millones). Los principales mercados fueron China, Israel, Chile, Alemania, Países Bajos y Brasil.