Fue la primera entidad que hace 15 años dijo que en la Argentina se podían producir 100 millones de toneladas de granos. Esa cifra, con el paso del tiempo, se convirtió en un símbolo de lo que la agricultura argentina podía lograr.
El pronóstico, formulado por la Fundación Producir Conservando (FPC) en 2002
para lograrse en 2010, se cumplió más por la tracción que tuvieron los precios
internacionales que por el marco económico y político en el que se desenvolvió
el campo.
Hoy, con un nuevo contexto, la FPC calcula que la Argentina tendrá en la campaña
2026/27 una cosecha de 160 millones de toneladas, lo que generará divisas
adicionales por 16.000 millones de dólares. Así, se pasaría de los 124 millones
de toneladas con exportaciones por 24.614 millones de dólares hasta los 160
millones de toneladas por US$ 41.000 millones.
"Los países emergentes traccionarán la demanda", dijo el coordinador de la FPC, Gustavo Oliverio, al presentar ayer el trabajo en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Según el informe, ese crecimiento de la producción se dará por un aumento del área sembrada promedio del 20% y una mejora de la inversión en fertilizantes, semillas y fitosanitarios, y avances en la tecnología de producción. El especialista estimó que el mayor aumento del área se dará en la región pampeana en suelos dedicados a la ganadería y no en el NOA, donde deben respetarse los límites al ordenamiento territorial que impiden el desmonte.
Oliverio, junto con el analista del mercado de granos Gustavo López, realizó las proyecciones de crecimiento de la demanda internacional sobre las estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, según sus siglas en inglés).
Así, se espera que la demanda de alimentos crezca anualmente en China 5,3%; en India, 7,5% y en África y Medio Oriente, entre 3,5 y 3,7 por ciento. Esto, debido a que sus economías continuarán creciendo y la calidad de la dieta de la población mejorará, con un mayor componente de proteínas animales que vegetales. Respecto de la tendencia de precios, López cree que no están dadas las condiciones para que vuelvan al nivel de 2008 o 2012, cuando la soja en Chicago trepó por arriba de los 600 dólares, pero considera que se mantendrán estables.
Las limitantes
Pese a las perspectivas optimistas sobre el crecimiento de la producción, Oliverio y López destacaron que hay factores limitantes para que se pueda alcanzar la cifra de 160 millones de toneladas. Esos factores son el transporte, la logística, la bucrocracia administrativa, el estado de los caminos y el "costo argentino".
Respecto del transporte, la FPC comparó el uso en Brasil, Estados Unidos y la Argentina, los tres principales productores mundiales de maíz y soja. Señaló que en la Argentina el medio preponderante en el transporte de granos es el camión, que tiene mayores fletes que el ferrocarril o las barcazas utilizadas en los ríos. Así, mientras en la Argentina el 84% de los granos se traslada en camión, en Brasil lo hace el 60% y en Estados Unidos, 16%. En cambio, por tren apenas va el 10%, contra el 33% de Brasil y el 23% de los EE.UU. En hidrovía, la Argentina apenas lleva el 6% de su producción, mientras que Brasil transporta el 7% y Estados Unidos, el 61 por ciento.
En cuanto a los caminos y las rutas, Oliverio destacó que el Gobierno actual está llevando un ambicioso plan para la red vial principal, pero que faltan datos precisos sobre la situación del estado de las rutas secundarias y los caminos rurales.
La burocracia es otro de los aspectos que todavía frena el desarrollo del comercio agrícola, según el informe de la FPC. Señala que para exportar hay que realizar no menos de 15 trámites en oficinas del Estado. También que es necesario inscribirse en al menos tres registros generales (AFIP, Senasa y Agroindustria) y otros específicos.