CÓRDOBA.- Los productores de papa de esta provincia -unas 15.000 hectáreas anuales entre Traslasierra y el cordón verde de la capital- sostienen que la baja rentabilidad del sector pone en riesgo a los más chicos, en especial a los que no están en condiciones de diversificar su siembra. Ése fue uno de los temas planteados por productores y especialistas en la 13» edición de Agropapa, una muestra especializada del sector.
El ministro de Agricultura, Sergio Busso, adelantó que se pondrá en marcha
una mesa especial para atender las necesidades del sector, a la vez que es
objetivo de la provincia "fortalecer el desarrollo de los pequeños y medianos
productores".
El presidente de la delegación Córdoba de la Federación Agraria Argentina (FAA), Leonardo Bonafé, señaló a LA NACION que hoy el precio que reciben los productores -alrededor de 3,20 pesos por kilo- se sostiene por la "fuerte presencia de la industria, si no estaría mucho más abajo".
Explicó que en general las dos procesadoras y exportadoras de papas fritas
congeladas compran a productores del sudeste bonaerense, aunque este año se
incrementó la demanda y alcanzaron también a tucumanos y cordobeses.
Como sucede con otros sectores de frutas y verduras, Bonafé enfatizó que consumidores y productores "pagan los platos rotos de un eslabón que nadie sabe explicar, pero que reduce la rentabilidad de quienes cosechan" y hace que la papa llegue a las góndolas a un precio de entre 8 y 12 pesos el kilo. "Los más chicos abandonan porque no tienen margen con lo que reciben -agrega-. Pueden seguir los más grandes, los que diversifican entre papa y cereales."
Entre los problemas particulares de los paperos cordobeses, mencionó la
necesidad de que el Estado lleve electricidad a los campos para reducir los
costos del riego por pivot (sistema que absorbe agua de las napas por
perforación). "Si usamos combustibles es carísimo; con red eléctrica el ahorro
alcanza el 50 por ciento", explicó el dirigente de FAA.
El cordón verde cordobés históricamente usó los canales de riego que se construyeron para abastecerlo, pero la expansión de la población urbana provocó que el agua se oriente prioritariamente al consumo humano.
El rendimiento por hectárea en Córdoba es muy variable; se mueve en invierno entre las 22 y 23 toneladas por hectárea, y en verano puede llegar hasta las 40, aunque el promedio ronda las 35. En febrero pasado, por ejemplo, por las lluvias cayó fuerte el rinde.