La caña de azúcar se cultiva en nuestro país en la región del NOA donde se convierte en una producción clave de la economía regional de Tucumán, Salta y Jujuy quienes proveen el 98 % del total de la producción nacional y, en menor medida, en Santa Fe y Misiones.
La producción azucarera argentina está orientada a satisfacer el mercado interno, con ciertos saldos exportables variables cada año, según condiciones climáticas y precios internacionales. Sin embargo, el cultivo de caña de azúcar, no solo provee cristales de azúcar, sino que también contribuye a la generación de biocombustibles ayudando a generar fuentes de energías más amigables con el ambiente, lo mismo que pasta celulósica para la fabricación de papel.
En cuanto a la producción de este cultivo es importante preparar correctamente el lote. Si bien se adapta a una amplia variedad de suelos, los mejores rendimientos se observan en suelos fértiles, profundos y con buen drenaje. Es esencial evitar cualquier tipo de encharcamiento en el lote y especialmente, dejarlo libre de malezas para su siembra. La siembra se realiza en primavera y otoño. Durante la primavera es más factible conseguir semillas de mejor calidad, mientras que la segunda, presenta la posibilidad de obtener cosechas tempranas en otoño, donde la producción de azúcar es mayor.
Como en otros cultivos, las malezas compiten con las plantas de caña de azúcar por agua, luz y nutrientes, La plantación de caña de azúcar en un lote con infestación de malezas significa un grave inconveniente para su establecimiento. Varios experimentos, realizados en diferentes partes del mundo han demostrado que la competencia de las malezas dentro de los primeros cuatro meses después de la plantación, puede generar importantes pérdidas de rendimiento posteriores. Por lo cual, el control de malezas debe iniciarse desde que se ha decidido la plantación del cañaveral. En nuestro país, el cultivo puede verse afectado tanto por especies anuales como perennes.
Para el caso de especies anuales lo ideal, previo a la siembra, es aplicar herbicidas residuales de amplio espectro, utilizando dosis adecuadas y aplicarlos tomando los recaudos necesarios, de acuerdo a como lo indique la etiqueta del producto. De esta manera se asegura el control deseado teniendo en cuenta que la aplicación se haya realizado de una manera segura y responsable. Así también, se deberán realizar monitoreos y controles luego de la cosecha ya que este es el momento crítico del cultivo. Esto es debido a que, si bien el cultivo de caña de azúcar es perenne, el manejo del mismo es anual, realizando cortes todos los años. Por ende, es importante que al momento de la nueva brotación el manejo de malezas sea el adecuado. Posteriormente, a partir de los cien días del cultivo aproximadamente, la sombra que proyecta el follaje al cubrir el surco es suficiente para evitar nuevos crecimientos de malezas.
Es importante conocer estos momentos críticos para poder realizar el control adecuado, en el momento adecuado.
El combate de malezas, así como de insectos, debe ser integrado, debido a que no existe un único método de combate. Un buen manejo cultural de malezas en el cañaveral se logra empleando una variedad adecuada para la zona, utilizando semilla tratada y de buena calidad, con una buena preparación del terreno, proporcionando la humedad necesaria mediante riego para un rápido desarrollo del cultivo, plantando en la densidad óptima de siembra de acuerdo con la variedad y la región, realizando un correcto control de insectos y enfermedades y proporcionando un nivel adecuado de fertilización.
Si el objetivo es lograr cañaverales productivos, el combate de malezas al inicio del mismo es esencial. La gran variedad de productos existentes y prácticas culturales que se han desarrollado nos permitirán lograr un correcto control de las mismas. Sin embargo, es indispensable conocer los momentos críticos del cultivo a fin que los controles que se realicen sean eficientes y efectivos.
Al momento de seleccionar los herbicidas adecuados, se deberá contar con la ayuda de un profesional responsable que nos aconseje de acuerdo al mejor producto a aplicar teniendo en cuenta las malezas presentes en nuestro lote y realizar la aplicación cuando las condiciones climáticas sean las adecuadas. Utilizando, siempre, el equipo de protección personal que indique la etiqueta del producto. Cuidar el cañaveral siguiendo las buenas prácticas agrícolas permitirá lograr más alimentos de una manera segura y responsable.
Fuente: Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe)