Dos noticias jalonaron el mundo de los bionegocios en la Argentina en la
última semana.
La primera: Bioceres SA adquirió una participación mayoritaria de Rizobacter.
La segunda, Adecoagro licitó junto con Granja Tres Arroyos y el grupo
Lartirigoyen para quedarse con Cresta Roja. Son operaciones en las que lo que
aflora es apenas la punta de un iceberg de extraordinarias dimensiones.
Rizobacter es una marca emblemática en el campo argentino. Establecida hace
(cincuenta) años en Pergamino, se la reconoce por su liderazgo en inoculantes y
otros insumos biológicos o químicos de alta tecnología para el tratamiento de
semillas, productos de protección de cultivos y fertilizantes especiales.
Hace tres meses inauguró la planta elaboradora de Microstar, un granulado de
alta solubilidad que desarrolló la francesa Desangosse, socia en el
emprendimiento. Rizobacter comercializa sus productos en más de 30 países, en
varios (Estados Unidos, Sudáfrica, etc) con oficinas propias. Obtuvo en el
ejercicio 2015-16 una facturación de 91,5 millones de dólares, el 20% en
exportaciones.
Bioceres tiene su sede en Rosario y fue creada hace trece años por un grupo
de productores y expertos liderados por Victor Trucco, fundador de Aapresid. El
objetivo fue el desarrollo de múltiples plataformas que incluyeron la
biotecnología de semillas y la agroindustrial, en este caso dedicada a la
producción de enzimas industriales y tecnologías de fermentación. Bioceres se
convirtió el año pasado en la primera empresa a nivel mundial en recibir
aprobación regulatoria para su evento HB4 de tolerancia a sequía en soja.
Su CEO es Federico Trucco, quien se lució la semana anterior con un enfoque
sobre el mundo fascinante de los bionegocios en el Coloquio de IDEA en Mar del
Plata. Hace un mes, Bioceres comenzó la producción industrial de “Quimosina”,
una enzima de la coagulación de la leche en la industria quesera.
La novedad es que la quimosina, que hasta ahora se obtenía fermentando
cultivos bacterianos, ahora se obtiene de una semilla de cártamo (una oleaginosa
parecida al cardo) modificada genéticamente.
La planta es un “joint venture” con la empresa cordobesa Porta Hnos, con más
de un siglo de experiencia en la industria de fermentación. Producen alcohol a
partir de cereales, para destino farmacéutico y alimenticio. Su conocido fernet
“1882” remite al año de su nacimiento.
La otra noticia no es menos relevante. Licitaron dos postulantes: el grupo
que tomó la empresa a principio de año, formado por Ovoprot, una empresa local
dedicada a la elaboración de huevo líquido en Pilar, junto al grupo agropecuario
Lacau. El otro oferente está integrado por Adecoagro, Granja Tres Arroyos y
Grupo Lartirigoyen. Adecoagro es una de las mayores agropecuarias del mundo.
Cotiza en Wall Street y combina la producción de granos, leche, caña de azúcar,
etanol sobre más de 300.000 hectáreas en Argentina, Brasil y Uruguay. Granja
Tres Arroyos explica el 30% de la producción de pollos en la Argentina.
Joaquín de Grazia, su presidente, es una de las voces fuertes de la Fundación
Producir Conservando. En los últimos años puso fuerte foco en la exportación,
abriendo nuevos mercados para una de las industrias de mayor perspectiva en la
idea de agregar valor a los granos.
Lartirigoyen es una organización de producción y servicios con mucha tradición en el oeste de la provincia de Buenos Aires y La Pampa. Está fuertemente apalancado en la compañía internacional Glencore, una de las más grandes del mundo en procesamiento y trading de productos agrícolas. El consorcio anticipó que tiene la mirada puesta en constituirse en un gran player global de la carne aviar.