La Federación Agraria Argentina (FAA) presentará un proyecto de ley de semillas en el que propone, entre otras cosas, el uso propio gratuito para pequeños y medianos productores de hasta 1500 toneladas de soja o trigo.

La iniciativa se suma al debate que se abrirá en el Congreso a partir de un proyecto presentado por el presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara baja, Gilberto Alegre, y a otro que presentará esta semana el Ministerio de Agroindustria.

"Venimos de un largo proceso de resistencia ante abusos de posición dominante por parte de una empresa", dijo el presidente de la FAA, Omar Príncipe, en alusión a Monsanto que, según el dirigente, "intentó avanzar sobre los derechos de los productores, poniendo en riesgo la comercialización de granos".

La referencia fue al conflicto entre el Gobierno y la compañía norteamericana que estableció, con el acuerdo de los exportadores, un sistema de control privado al pago de regalías por la soja transgénica resistente a glifosato y herbicidas. El Ministerio de Agroindustria se opuso a ese mecanismo y reforzó el control del Estado, mediante el Instituto Nacional de Semillas (Inase), con el respaldo de las Bolsas de Cereales y de Comercio. Este conflicto fue el detonante para que el Gobierno se decidiera a modificar la actual ley de semillas, que data de 1973.

Durante una conferencia de prensa en la que se presentó el proyecto, Príncipe se lamentó de que aún no se conoce la propuesta que elaboró el Gobierno. Según fuentes oficiales, se presentará mañana en el ámbito de la Comisión Nacional de Semillas (Conase) y luego será enviada al Congreso.

Los dirigentes de la FAA explicaron que la excepción gratuita para la reutilización de la semillas para agricultores de hasta 1500 toneladas anuales (con el rendimiento promedio nacional de la soja representarían unas 500 hectáreas) alcanzaría al 80% de los productores que, según sus cálculos, son responsables del 20% de la cosecha de soja del país. A diferencia de lo que ocurre hoy, sólo los productores grandes no podrían acceder al uso propio gratuito. "Con ese segmento se puede sostener la inversión en investigación y desarrollo de los obtentores de nuevas variedades", dijo Jorge Solmi, presidente de la comisión de Semillas de la FAA.

Otro punto que la entidad federada propone es "establecer el principio de agotamiento de los derechos de propiedad intelectual con la compra de la semilla". Eso significa que no habrá diferencia entre el pago por la mejora genética o la incorporación de eventos biotecnológicos. Esto es rechazado por las compañías que desarrollan eventos transgénicos para los cultivos, ya que creen que los ampara la ley de patentes.