La diferencia yace en el balance entre oferta y demanda que deja como resultado stocks finales en maíz por encima de todo lo acontecido en la historia, pero en soja un poco más ajustados.
El mercado carece de inspiración, si bien un reporte bajista se leyó como neutral, eso fue insuficiente para generar un rally aún. Y los precios no terminan de definir su trayectoria.
Claro está que más oferta y más stocks traerían aparejado menores precios, además restan muchos puntos por evaluar, comenzando por la estimación de stocks trimestrales el 30 de septiembre, y el recuento real de lo que queda sin consumir en USA. Continuando por la cosecha real y en simultaneo las siembra en Sudamérica, el período de definición de rendimiento y cosecha. Siguiendo esta secuencia, en esta abundancia de granos no se verían razones para no cubrir posibles bajas en los precios.
Sin embargo, los rendimientos estimados han salido de todo contexto esperado, y de acá en adelante solo puede esperarse que se mantengan o deterioren. Las lluvias están complicando la logística sobre el Golfo, y si esto se mantiene hasta cosecha puede convertirse en un problema serio. Por otro lado, si bien los stocks son abultados, son stocks de Excel, porque no están rápidamente disponibles, si los precios bajan por esta misma razón, los farmers no venden y en consecuencia ese stock no se lanza al torrente comercial. Es medio macabro, pero es así como funciona.
El dólar se devalúa, los mercados accionarios empujan y el petróleo sigue su cauce positivo. En este contexto, los fondos de especulación se encuentran largos en soja y cortos en maíz, y de acá en adelante veremos de qué lado están más cómodos al comienzo de tantos acontecimientos.
En este sentido, con exceso de fundamentos justificamos la cobertura de precios y la mitigación de los riesgos en las empresas.
Por Celina Mesquida
Fuente: Agroeducación