Bajo la presión del famoso mercado climático, la tendencia a lo largo de julio fue claramente negativa. Los precios bajaron aproximadamente un 10%. Y así pasaron de 430 a 380 dólares.

Hubo muchas bajas pero también alzas a lo largo de la primera quincena de agosto en el mercado de Chicago. Y para susto de muchos, la tendencia fue más bien a la baja.

Muy atrás quedaron los días de subas constantes. Y, de acuerdo a cómo viene el clima en EE.UU., más vale esperar nuevas bajas.

Sin embargo, no resulta lógico estimar una pronunciada caída. Al menos, por ahora.

Es que la demanda mundial no muestra rastros de reducción. Por el contrario, se sostiene con visible fortaleza.

Pero cuidado: no podemos descartar mayores caídas. Si revisamos la historia agrícola de América del Norte, veremos que, en aquellos años donde el clima juega a favor, las bajas más pronunciadas suelen darse en septiembre.

La publicación del informe de oferta y demanda por parte del USDA generó un día negro. Ahí la soja bajó bajo a 368 dólares por tonelada.

En el mercado local, la resistencia a la baja es fuerte por el retraso en la comercialización.

De hecho el USDA, disminuyó su proyección sobre el stock final del ciclo 15/16 para la soja de EE.UU. ya que contempla la reducción productiva que, por los problemas e inclemencias del tiempo, ha tenido tanto la Argentina como Brasil.

Ahora, el stock final de la campaña 15/16 llega a tan sólo 6,9 millones, claramente inferior al 9,5 millones estimado previamente.

Tal resistencia permite un diferencial entre el precio doméstico y el externo, totalmente anómalo.

Así las cosas, el desarrollo tipo serrucho continúa. La quincena en Chicago comenzó en suba: el precio de la soja subió a 370,4 dólares por tonelada en la posición noviembre. Ello significa un alza de casi 10 dólares por tonelada. A su vez, la posición septiembre quedó en 375,8 dólares por tonelada, casi 8 dólares arriba del cierre del viernes pasado.