Enfermedades, insectos, golpes de calor, humedad óptima, daño mecánico y errores en el almacenamiento son los factores que afectan el poder germinativo y el vigor de las semillas.
Agosto de 2016. Buenos Aires. La campaña de soja 2016/17 comienza con la evaluación de la calidad de la semilla a sembrar. La cosecha en la región núcleo se realizó con lluvias recurrentes y excesos hídricos combinados con altas temperaturas. Esto generó la falta de piso para el ingreso de maquinarias lo que retrasó la cosecha y ocasionó condiciones predisponentes para el desarrollo de enfermedades y ataque de insectos. Los problemas más graves se vieron en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
El Ing. Julio Mattia, Responsable de Producción de soja de Syngenta, evaluó el panorama para la región y sugirió posibles medidas para atenuar el efecto de los patógenos. Según explicó: “las semillas se vieron afectadas por el tiempo transcurrido desde el momento en que estaban listas para ser cosechadas, hasta que la máquina efectivamente entró en los lotes. Todo ese tiempo fue en desmedro de la calidad de las semillas que hoy se almacenan. En general, las enfermedades que afectan la semilla son las de fin de ciclo. Sobre todo porque disminuyen el vigor y el poder germinativo. Para estos casos recomendamos el uso de tratamientos curasemillas como es el caso de Maxim XL y Apron Maxx Rfc ambos de Syngenta. También los insectos influyen, sobre todo el complejo de chinches que perjudica la calidad. Cuando la chinche pica afecta la germinación, el vigor, la sanidad y la emergencia. Este año el productor pensó que la semilla estaba madura y “dura” por lo que no era necesario controlar chinches al final del ciclo, pero a causa de las lluvias y la humedad, los granos se ablandaron y las chinches volvieron a picar, cosa que no ocurre habitualmente”.
Calor, humedad y daño mecánico
Con respecto al daño que podrían haber ocasionado los días de altas temperaturas, el Ing. Mattia explicó: “El golpe de calor se da más en el norte del país que en la zona central. Hay tres síntomas principales, uno es el grano verde, otro es el grano abollado o arrugado (también llamado vulgarmente “cerebrito”), y el último es la semilla dura, que retrasa la germinación y genera emergencias irregulares. El golpe de calor es un factor a tener en cuenta, pero este año no fue un problema en la zona central”.
“En el caso de la humedad óptima de cosecha para la producción de semilla, los valores deben estar entre 12,5% y 14,5%. Si se cosecha por encima de esa humedad no se pueden almacenar los granos. En estos casos debería contarse con un equipo de secado artificial, lo que no es común en las plantas semilleras argentinas (como sí lo es en Brasil o Paraguay) por lo que en nuestro país se espera que baje esta humedad para empezar a cosechar. Otro factor a tener en cuenta es el daño mecánico. En los últimos años se ha mejorado mucho con las cosechadoras axiales y plataformas drapper y el control o regulación de velocidades de avance, revoluciones del cilindro, rotor, etc. Quien quiera tener calidad de semilla debería buscar una cosechadora axial”.
Con respecto al almacenamiento recomendó: “el principio del almacenamiento es guardar los granos secos, sanos y limpios. En la Argentina se está usando mucho el silo bolsa para almacenar semilla, pero el tiempo de almacenamiento no debería superar los tres meses. Sobre todo cuando empieza a aumentar la temperatura los granos deberían ser extraídos. Además, es importante que la extracción del silo sea cuidadosa para que la máquina extractora no dañe los granos. Lo más recomendable es hacer un análisis de poder germinativo y de vigor. Si los resultados no son buenos, hacer un segundo chequeo con la semilla tratada. En caso de tener que aplicar curasemilla desde Syngenta recomendamos fungicidas para semillas como Apron Maxx Rfc o Maxim xl.