La trilla de maíz sigue avanzando. Trata de recuperar el tiempo perdido por las continuas lluvias y sus efectos dañinos sobre los suelos, las plantas y sobre los caminos rurales.
Se muestra principalmente activa en el centro y norte del país, especialmente en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. Y algo sorprende: se verifican buenos rendimientos, pese a las demoras en la recolección.
Existe coincidencia en que el volumen final de esta campaña 15/16 llegará a 27/28 millones de toneladas para todo el país.
Pero no está todo dicho, pues tan sólo se ha cosechado el 80% de la superficie. Y estamos a mediados de agosto.
Las demoras más visibles en la trilla se registran en la provincia de Buenos Aires -concretamente en el Oeste y el Centro-, por el alto grado de humedad que mantienen todavía los granos. También en el norte de La Pampa.
El cuadro es grave en el noreste de Entre Ríos y en la zona central-norte de Santa Fe. En ésta última, la trilla no habría superado el 80% de la superficie.
Respecto a la provincia de Córdoba, vale un aparte. La trilla de maíces tardíos y de segunda apenas habría alcanzado el 65% de la superficie.
El sudeste de Córdoba se encuentra en situación muy compleja dado el nivel de las napas, y su consecuente falta de piso.
Para la siembra de este año, ya se prevé una baja en la superficie, dado que el mes de septiembre es crucial y las napas no bajan.
En la provincia de Santa Fe, se están revisando las previsiones. Si bien el cuadro de rentabilidad debería inclinar la balanza a favor del maíz y en contra de la soja, la realidad es que no va a ser fácil que suceda ello.
Un 70% de la provincia ha recibido lluvias por encima de los 800 mm hasta fin de julio.
El cuadro sigue difícil para el maíz.
Así las cosas, puede ser una oportunidad sembrar más maíz para quienes estén en adecuadas condiciones.
Una copo a medio llenar, tiene una parte vacía pero otra, llena.