La recova de la calle Posadas, en el barrio de Retiro, es frecuentada por políticos, empresarios y dirigentes quienes degustan pastas, pescados y carnes al calor de la rosca. En uno de los restoranes de carnes más concurridos, se suele ver a Marcos Peña almorzando con Jaime Durán Barba: esa mesa picó en punta a la hora de la atención de los presentes, desde que Cambiemos es poder. Otro que frecuenta ese reducto es el empresario José Urtubey, dirigente de la Unión Industrial Argentina y hermano del gobernador de Salta. En su mesa se habló con dureza de algunas decisiones económicas del gobierno de Mauricio Macri. Y al hablar del blanqueo, Urtubey salió con un razonamiento particular: “Van a estar con el chupetómetro, mirando cada día cuánta plata entró”. El industrial usó la imagen que popularizó Carlitos Balá (para ayudar a los chicos a dejar el chupete) para mostrar la ansiedad que ocupará a los funcionarios nacionales, quienes no dejan de poner su expectativa en la plata que entrará con el tan anunciado blanqueo. ¿Lo imaginan a Prat-Gay haciendo el gestito de idea?

Un café contenedor

En otro lado de la ciudad de Buenos Aires, pero a la hora del café, un radical masticaba rabia. El diputado de la boina blanca cruzó desde el Palacio Legislativo hasta el mítico bar “Casablanca” y soltó su bronca por la realidad de Cambiemos. Los parroquianos no creían la escena: Ricardo Alfonsín, diputado de la UCR, hacía catarsis con dos referentes peronistas: Miguel Pichetto y José Luis Gioja. La charla, donde el radicheta se mostró enojado con sus aliados del PRO, continuó en las oficinas de Gioja sobre la calle Riobamba. “Está caliente como una papa”, definió otro peronista que pasó por la oficina del veterano sanjuanino. Que se rompa y no se doble…

Cristina tira para abajo

El nombre del Frente para la Victoria -que el kirchnerismo usó para reemplazar al del Partido Justicialista- refiere al deseo del Triunfo. Pero en las últimas horas, un hecho sorprendió pues refirió estrictamente a lo contrario: a apostar a la derrota. El suceso fue en el Instituto Patria, búnker de Cristina Kirchner. Oscar Parrilli, hombre dedicado a las diligencias de la ex Presidenta, recibió a un importante dirigente del norte argentino. La charla discurría por temas electorales cuando Parrilli sorprendió con un razonamiento: “Cristina tiene hoy entre el 20 y el 25% de los votos”. Y disparó: “Podemos hacer perder a cualquier candidato peronista”. La sorpresa del visitante fue tal que corrió para la Casa Rosada y allí, contó la estrategia electoral del kirchnerismo. Los dos interlocutores -uno el ministro que se encarga de los temas electorales- no dejaron de frotarse las manos. Y no por el frío, precisamente…

Todo baratito

El hombre es conocido por ser el dueño de una feria donde se compra de todo y a la que llega gente a bordo de un dañado Rastrojero hasta visitantes en autos de alta gama. “La Salada” -ubicada en Lomas de Zamora- siempre ha estado en el marco de la polémica, fundamentalmente por cuestiones de evasión al Fisco. Pero es cierto que cientos de miles de habitantes concurren a comprar allí a precio de ganga. Por eso, sorprendió ver, el viernes último, al dueño de “La Salada” de compras pero ¡en Miami! En el “Aventural Shopping Mall” se lo vio a Jorge Castillo, de bermudas, con bolsitas en la mano y sin despegarse de su smartphone. Castillo se sentía tan en su casa que se apoyó en una pared y la Policía local le llamó la atención por apoyar los zapatos en la pared del shopping. En casa de herrero...