En el mes de abril  tuvo lugar  la Jornada Nacional de Malezas organizada por el Ministerio de Agroindustria en las instalaciones del INTA Oliveros, Santa Fe. Allí más de 2.000 técnicos  compartieron la visión de  malezólogos especialistas  de diferentes regiones del país para esta importante problemática. Pero, no todo el foco estuvo puesto en el control y manejo de  las malezas tolerantes y resistentes. Un importante espacio, fue ocupado en una temática que viene creciendo y ocupando lugares prioritarios para el sector, que son las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA).

Las Buenas Practicas Agrícolas se refieren a una manera especial de producir en la que los procesos productivos cumplan con una producción sana, segura y amigable con el medioambiente.
Dentro de las BPA, las pulverizaciones de fitosanitarios son uno de los temas más importantes a seguir mejorando. Si bien han ocurrido importantes progresos  en la concientización, manejo y controles, todavía se debe  seguir avanzando para optimizar los procesos.
Las empresas formuladoras de fitosanitarios, un pilar importante de la cadena productiva, investigan, desarrollan y trabajan en obtener productos más inocuos, de menor perfil toxicológico, de menor volatilidad, etc, para que estos sean más seguros para el ambiente y para quienes los transportan, manipulan y/o aplican.

A partir de una importante inversión nacional en investigación y desarrollo, en la provincia de Santa Fe, la firma Red Surcos apostó por la Nanotecnología como una herramienta para mejorar desde la fórmula el comportamiento ambiental de muchos fitosanitarios de uso habitual por su  probada eficacia.
La nanotecnología es una disciplina que trabaja y manipula la materia en escala nanométrica, una escala mucho mas pequeña que lo habitual (1 nanómetro=0,001 micrón) con el objetivo de obtener nuevos beneficios y resultados.

Un ejemplo de su aplicación y mejora de resultados  es el herbicida 2,4d.

El 2,4d Dedalo elite, formulado con nanotecnología por Red Surcos, permite obtener el mismo resultado de control con la mitad de ingrediente activo aplicado por hectárea.
Esta mayor eficiencia minimiza en forma sustancial la cantidad de activo utilizado y en consecuencia los residuos ambientales.
Para evaluar la cantidad de residuos de una aplicación pre-cosecha de porotos negros en la Provincia de Salta, se realizó un ensayo comparativo entre una formulación ester y una formulación nano y los resultados fueron contundentes. Los porotos negros cosechados de la parcela donde se aplicó el nuevo 2,4d, tenían la mitad de residuos que la parcela aplicada con el tradicional 2,4d ester, a la vez que se encontraban por debajo de límite máximo de residuos (L.M.R.) tolerables para el consumo humano.

 

 

En lo que respecta a  seguridad ambiental, la formulación con  nanotecnología reduce drásticamente la presión de vapor del herbicida, permitiendo que sea 400 veces menos volátil que la formulación de 2,4d Ester y 5 veces menos volátil que la formulación de 2,4d sal amina. Este resultado, le otorga una mayor seguridad para aplicarlo en las cercanías de centros poblados evitando la llega del producto a lugares indeseados.

En su composición química, estas novedosas formulaciones, sustituyen solventes derivados del petróleo (tóxicos), por una combinación de aceites vegetales y agua que acompañan al principio activo, siendo un beneficio importante para el aplicador y el medioambiente.

Los beneficios de la Nanotecnología, no solo alcanzan a productos herbicidas, Red Surcos cuenta hoy con más de 15 productos fitosanitarios nanotecnológicos, entre los que se encuentran también eficaces insecticidas.
Uno de ellos, el clorpirifós, por medio de esta novedosa formulación reduce la cantidad de activo aplicado por hectárea al 50% que el tradicional.
Por medio  de estudios científicos realizados en la región de Cuyo, se comprobó que su uso en el control de plagas minimiza la cantidad de residuos en frutos como el durazno. Según los resultados obtenidos, reduce también  el periodo de carencia que hace referencia a la cantidad de días necesarios entre la aplicación para el control de una plaga y el momento de su aprobación para el consumo humano.

Sin duda que queda mucho por recorrer en la aplicación de las Buenas Practicas Agrícolas, pero, gracias a la concientización y el trabajo constante de los actores de la cadena agro-productiva, encontramos avances importantes y objetivos que se van alcanzando.