Con un avance del 35% de la recolección de soja de primera y del 60% de la de maíz, en un tramo fundamental de la cosecha el clima sigue acechando sobre la calidad y las pérdida que puede haber. Por ello, GEA le consultó a su Director Científico, el Dr. José Luis Aiello, sobre lo que está ocurriendo. Aiello comentó que el actual episodio de precipitaciones seguirá hasta el fin de semana y, a plazo más largo, anticipó que los mecanismos de lluvias seguirán activos. Pero, van a tender a disminuir; “la influencia del pacífico irá replegándose”, afirmó. También alertó que las fuertísimas lluvias registradas en Entre Ríos y centro de Santa Fe, potenciadas por el cambio climático, indican que seguirán las inestabilidades y el alto riesgo agropecuario.
— José Luis, veníamos muy bien con la cosecha pero volvió a haber situaciones de lluvias muy copiosas en la franja central, en especial en Entre Ríos y el centro de Santa Fe. ¿Qué provocó ésto? ¿Se va a despejar para el jueves o puede seguir el temporal?
— El evento de lluvias que se manifestó con buena intensidad en las zonas que mencionaste se debió al pasaje lento de una perturbación meteorológica que encontró a la atmósfera con muy buen contenido de humedad en todos sus niveles. Los efectos convectivos fueron muy eficaces precisamente en aquellas áreas donde cayeron muy altos milimetrajes. El episodio continuará con menor intensidad hasta el fin de semana, en forma muy leve o moderada.
— Hemos tenido en la región núcleo situaciones donde las lluvias se extendíeron durante casi una semana y dejaron más de 200 mm. Lo que pasó ahora, ¿puede ser indicio de que pase algo así en este otoño?
—Están dadas las condiciones para que sigan funcionando los mecanismos de lluvias, y durante el otoño, lo que ocurrirá es que las intensidades de las tormentas van a tender a disminuir. Esto es, en parte, porque saliendo del período estival los fenómenos convectivos son menos intensos. Exceptuando situaciones específicas, que estarán concentradas en subregiones de poca extensión areal, no veo mayores inconvenientes para las tareas de recolección en la zona núcleo.
— ¿Cómo lo ves a este otoño? ¿Va a seguir operando El Niño con el traslado de masas de aire húmedas y calientes?
—El Niño opera entre noviembre y marzo. A partir de abril, la convergencia intertropical (cinturón de baja presión constituido por corrientes de aire ascendente, donde convergen grandes masas de aire cálido y húmedo trópico), que se encuentra ahora un poco al sur del Ecuador y donde se forman las mayores estructuras de nubes, empieza a correrse hacia el hemisferio norte. Por lo tanto los flujos de humedad que llegan desde el norte son de menores intensidades. Por eso, si bien, hay aún en el Pacífico un Niño residual, los efectos en la provisión de lluvias sobre nuestra región de producción agropecuaria serán más leves.
— ¿Hasta cuándo, José Luis?
— Hasta mediados de mayo; después los efectos residuales se hacen más débiles.
— ¿Qué tipo de escenario se empieza a proyectar con las condiciones actuales que muestra hoy el Océano Pacífico?
— El Niño, si bien con menor intensidad, continuará hasta la primavera 2016, y es prudente decir que transitaremos un invierno cuasi-normal (con marcas térmicas algo mayor a las normales) y es crítico volver a tener una idea de las variables que modulan los efectos del Pacífico a partir de agosto, momento en que debemos emitir una visión más acabada para la primavera y el verano.
— En estas recientes lluvias, los volúmenes que hubo en el centro de Santa Fe y Entre Ríos, ¿son eventos potenciados por el cambio climático?
— Sí, son inestabilidades que se vienen ya observando desde hace 20 años, y es fundamental el monitoreo, cómo se hace en la zona núcleo. Hay que tener muy claro que seguirán las inestabilidades y esto se traduce en mayor riesgo agropecuario por efectos climáticos.
— ¿Cómo hay que prepararse para afrontar esta nueva etapa climática en Argentina? ¿Qué tenemos que aprender para estar mejor parados respecto al Cambio Climático?
— Al aumentar el riesgo climático hay que usar bien los indicadores de pronósticos climáticos, que son los que nos permiten diseñar las siembras (¿niño, niña, o neutralidad?) y tomar cualquier instrumento o mecanismo posibles para morigerar el riesgo climático. En ese sentido, es muy importante tomar conciencia de lo que está ocurriendo. Véase nomás el seguimiento de los fenómenos climáticos, monitoreos como los que se pueden apreciar en los informes que GEA viene publicando desde hace varias campañas sobre la región núcleo.