Acompañado por Massa, Urtubey y Morales, el Presidente realizó una ceremonia privada para inaugurar los festejos en el Norte. Dijo estar “preocupado” por los precios y habló de “un año de transición”. Además, elogió a los diputados que rompieron el bloque del FpV.

Desde la Puna jujeña, acompañado por sus nuevos amigos Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y su socio Gerardo Morales, el presidente Mauricio Macri pidió ayer “prudencia” a los representantes gremiales a la hora de plantear aumentos salariales durante las negociaciones paritarias, que comenzaron esta semana. Preocupado por el rechazo de los docentes bonaerenses, que consideraron muy por debajo de sus pretensiones el 23 por ciento ofrecido por María Eugenia Vidal, el Presidente pidió que se entienda que “este es un año de transición” y que su objetivo es “bajar la inflación y revertir una situación económica complicada”. El ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, le puso precisión desde Buenos Aires a los dichos de su jefe: “La paritaria es libre, pero los gremios pueden mirar como pauta la meta de inflación de entre 20 y 25 por ciento”, afirmó. El primero en poner ese “techo” fue el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, lo que desencadenó un maratón de desmentidas dentro del propio gobierno durante la semana y provocó que el propio Macri convoque a los gremios a una reunión en persona para calmar los ánimos. Con Moyano, Macri tuvo el jueves un encuentro “secreto” en Olivos, lo que no evitó que el hijo del camionero, Pablo Moyano, bloqueara al día siguiente el ingreso al Banco Central y amenazara con un paro de correos y transporte de caudales.

Macri dejó atrás el infierno de Capital Federal y sonrió ayer en Purmamarca durante una réplica privada de la ceremonia del entierro del diablo, que tradicionalmente da inicio a los Carnavales del norte argentino. Junto al gobernador radical, Gerardo Morales, el líder del Frente Renovador, Massa y al gobernador de Salta, Urtubey, Macri anunció obras de energía solar para Jujuy. Con la foto que los junta, el Presidente logró sintetizar varios mensajes: el respaldo a Morales, acusado de mantener como presa política a la dirigente Milagro Sala, por cuya libertad organizaciones sociales mantienen desde hace diez días un acampe en Plaza de Mayo; la garantía de gobernabilidad en el contexto de ajuste que le ofrece Massa, quien también acompañó al Presidente en su visita al Foro de Davos, y la sintonía que mantiene con Urtubey, uno de los responsables de la fractura que sufrió el bloque del FpV en la Cámara de Diputados.

Macri dijo estar “preocupado” por el alza de precios, antes de dar su “compromiso” de “bajar la inflación todos los años hasta llegar a un dígito lo antes posible”. Luego responsabilizó a la gestión de su antecesora, Cristina Fernández de Kirchner, por haberse “excedido en el gasto público” y por “la emisión monetaria descontrolada” que, según sugirió, son las causas de los aumentos. Igualmente, Macri presionó a “los empresarios que han abusado de la posición dominante”, para que bajen los precios, aunque no precisó a qué sector empresario se refería. Y anunció, en ese marco, el relanzamiento de la Comisión para la Defensa de la Competencia. En simultáneo, Prat-Gay exigió a los sindicatos “tener en cuenta los esfuerzos fiscales” y no moverse del “20 al 25 por ciento” de aumento salarial. “Cada uno en su paritaria es libre, pero los gremios pueden tomar esa pauta de referencia”, definió.

Aprovechando la presencia de Urtubey en Jujuy, Macri se metió en la interna del peronismo y felicitó a los diputados que oficializaron la ruptura con el FpV: “Hay un cambio de actitud que me parece muy sano. Lo que pasó en el Congreso refleja eso”, dijo el Presidente. Macri se refirió al peronismo como “el partido que ha perdido”, opinó que afronta “un cambio generacional” que lo aleja de “las discusiones extremas”, en referencia indirecta al kirchnerismo. De paso, le ofreció flores a Massa: “Entre todos podemos hacer crecer el país, y que la gente elija entre quienes cree que lo hacen mejor”. El líder del Frente Renovador tomó el guante y contestó: “Vamos a tener flor de competencia”.

Morales, quien contrató al ballet originario Juventud Prolongada para la ceremonia carnavalesca, y ofició de anfitrión en el hotel El Manantial del Silencio, donde Macri bailó junto a su esposa y su hija Antonia, aplaudió cuando el Presidente dijo que “Jujuy, como todo el norte argentino, puede ser un lugar de generación de futuro”. Ambos firmaron el convenio para la creación de un parque de energía solar y almorzaron luego en el comité local de la UCR. “Jujuy es mucho más que sus lindos paisajes, es el espíritu emprendedor de su gente, un lugar donde vamos a generar cosas para Argentina”, exclamó Macri. La comitiva oficial la completaban el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, y el titular del Plan Belgrano, José Cano.

La ceremonia se desarrolló en un escenario similar al que Cambiemos eligió para cerrar la campaña de la segunda vuelta. Como en el cierre en Humahuaca, los anuncios de ayer del Presidente combinaron banderas originarias, montañas de fondo y folklore popular con la exposición proselitista de su mujer y su hija, que posaron bailando el Carnaval para las fotos. “La ceremonia de desentierro del diablo con que comienza la celebración del Carnaval tiene raíces religiosas, que se mezclan con el misticismo de pueblos ancestrales y que consiste en ofrendas a la Pachamama, entre otros ritos festivos”, describieron desde el sitio oficial de Casa Rosada.