El Ministerio de Agricultura y Ganadería de Córdoba, a través de su
Secretaría de Ganadería, recomienda a los productores proteger a sus
rodeos de cría y leche de las altas temperaturas y la sequía. Para ello
elaboró un instructivo de buenas prácticas ganaderas básicas que
permite disminuir impacto que estas condiciones climáticas extremas
generan sobre los animales.
Vacas lecheras
Para el caso de los rodeos lecheros, el estrés calórico se produce en
condiciones de temperaturas excesivas, humedad relativa ambiente
elevada y radiación solar intensa, y trae aparejados diversos problemas
sanitarios y una disminución del rendimiento productivo.
Debe considerarse que la temperatura de bienestar para la vaca lechera,
con un valor de humedad relativa ambiente del 60%, oscila entre los 7 y
28°C. Si los valores de temperatura y humedad superan su límite de
confort, la vaca tiene dificultad para disipar el calor corporal.
En este caso, se pueden observar signos del estrés calórico como jadeo,
aumento de frecuencia respiratoria, hipertermia (temperatura mayor a
38,5°C), menor consumo de alimentos, problemas digestivos,
inmunodepresión y, en terneros de crianza artificial, también
trastornos respiratorios y/o digestivos.
Cuando el estrés calórico se prolonga en el tiempo, se puede observar
además una disminución de los valores de producción de hasta un 20% y
problemas reproductivos tales como bajas tasas de preñez, mortalidad
embrionaria y menor fertilidad en las vacas. En la crianza artificial
de terneras, también se detecta un aumento en la proporción de animales
enfermos.
Rodeos de cría
Para el caso de los rodeos de cría la sequía y altas temperaturas
afectan no sólo la actividad y fertilidad de los servicios sino que
también genera: pérdida del estado corporal (en vaca y reproductores);
retraso del crecimiento, floración y reposición de pasturas; efectos
sanitarios nocivos por bajas defensas e incide en la disminución de la
oferta forrajera y diferimiento de pasturas para el invierno.
Se recomienda:
Destetar todo ternero en forma precoz o anticipadamente.
Destinar el rodeo de cría a los potreros más sombreados.
Asegurar provisión de agua con el menor desplazamiento animal.
Eliminar por venta u otro destino todo animal de rechazo, refugo o
inferior.
Enfocarse seriamente en el manejo y ocupación del campo por categorías,
pensando en el invierno.
No permitir que las parasitósis internas y externas molesten al
bienestar animal.
Calcular o recalcular las reservas forrajeras, pensando en la carga
animal del invierno.
El servicio y/o pariciones se atrasan, hay que tener en cuenta esto en
el proyecto de manejo anual.