Desde el frente interno, las cosas en el plano financiero han mejorado mucho. Pese a todos los problemas –inflación y pobreza mediante- la realidad es que gran parte de los problemas, por el momento, están ingresando a las vías de una solución de mediano plazo.
De acuerdo a la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), las cifras liquidadas por exportación (adelantada) está en niveles óptimos, luego de acuerdo realizado por éstos con el gobierno, a partir de la reducción del nivel de derechos de exportación y de la depreciación del peso.
Así con la entrada de divisas por parte de la exportación agrícola más la conversión de yuanes a dólares por un monto de más de US$ 3 mil millones del swap con China, el Banco Central está logrando domar la demanda de dólares en el nuevo mercado cambiario, ahora unificado.
Falta que se concrete el crédito puente de un grupo de bancos internacionales, a cambio de bonos del Tesoro, en torno a 6000 millones de dólares.
De esta forma, se explica que el dólar no logre superar el techo de $13,50.
El problema serio, desde el frente interno, no viene por este lado entonces. ¿De dónde proviene? Si dudas del clima. Las lluvias no dan respiro y con ellas todo tipo de enfermedades, inundaciones y encharcamientos. A ello, se une el inconveniente logístico por falta de dificultades de tránsito.
Desde el exterior, la escena se está complicando. Una abrupta caída de valores en las bolsas de China ha disparado una suerte de pesimismo generalizado. De esta forma las bolsas de los principales países afrontan serios problemas.
Así las cosas, es factible una retracción, seguramente momentánea, de la demanda internacional.