Las noticias siguen su camino alentador para la producción.
El Gobierno estableció el nuevo sistema de comercialización en reemplazo del nefasto sistema de ROE, controlante de las ventas al exterior, para que ahora el agro pueda exportar de manera ágil y automática.
Como sabemos los dos grandes perdedores con el sistema de ROE eran el trigo y el maíz; y con ello, la rotación agrícola, en una política económica que promovía concentración en un cultivo: la soja.
Respecto a estos productos, la exportación, si bien pasa a ser automática, se controlarán los plazos de embarque con el propósito de evitar que se declare abruptamente todo el saldo exportable.
De esta forma, se recuperan las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), existentes antes de que el anterior gobierno restringiera las exportaciones.
En otras palabras, ahora el exportador deberá presentar una DJVE ante la UCESCI, el organismo que reemplazó a la ex ONCCA, indicando el producto y tonelaje a exportar.
Otro aspecto a tomar en cuenta es el del valor del dólar. Si se mira la página del Banco Nación (por ejemplo de hoy, 23 de diciembre) se aprecia que existe una diferencia entre el dólar “billete” y el dólar “divisa”. Tal brecha va en contra de los intereses de los agricultores puesto que la exportación se guía por el correspondiente a “divisa”.
El cuadro así lo muestra.
Los mercados tienen determinado tiempo para acomodarse. Y la información es vital para que funcionen correctamente. Es de esperar que ésta fluya a la mayor velocidad posible.
Por ahora la soja tiene un valor próximo a $ 3.000, el maíz, a $ 1.750 y el trigo, a $ 1.600. Por otro lado, el sorgo cotiza cerca de $ 1.500 y el girasol a u$s 260 por tonelada.