Estos son tiempos donde, de vuelta, hay que mirar al exterior. Porque en el interior, las cosas van tomando un color bien definido.

La seguidilla de medidas locales de política económica, de la semana pasada, no deja de sorprender.

Entraron en vigencia las nuevas alícuotas de derechos exportación. Se trata de la eliminación de las correspondientes al trigo, maíz, cebada, sorgo y girasol. Y para el poroto de soja, se redujo la alícuota del 35% al 30%.

A su vez, el dólar de referencia del Banco Central, el día anterior a la devaluación, fue de$ 9,8268 y al quitarse el cepo cambiario, pasó a valer $ 13,7633.

Se trata de una mejora cercana al 40%.

En la presente semana, el mercado de cambios ha comenzado a operar normalmente.

Las empresas exportadoras de productos del agro están aportando aproximadamente U$S 400 millones diarios. Se trata de un compromiso de adelanto por las exportaciones a efectuarse desde abril en adelante.

En la vorágine de hechos, el Gobierno Nacional parece encaminado al éxito, en su cometido de lograr un adecuado nivel de financiamiento.

En tal sentido, ingresarían fondos del BID, de un consorcio de bancos, además de China, y otros bancos centrales, donde estaría incluida la Reserva Federal de EE.UU.

De esta forma, en un breve lapso, las reservas del Banco Central llegarían a cerca de U$S 30.000 millones. Se trata de un buen colchón de divisas para soportar cualquier arremetida de la demanda.

Siendo así las cosas, no deberíamos aguardar una nueva devaluación, al menos visible. Todo indica que un valor máximo de $14 es el de mayor probabilidad para los próximos días.

Mientras tanto, el dólar a mayo se ubica cerca de $ 14,55, y el precio de la soja para ese mismo mes, en U$S 216,30. Quiere decir que el valor en pesos del poroto de soja es de alrededor de $ 3.150, por tonelada.

Así las cosas, parece interesante el precio actual. Sobre todo, si logra llegar a $3.000.-

Vamos entonces a dirigir la mirada al exterior ¿Qué pasa en el mundo?

Pues bien, luego de un prolongado período donde se anunciaba la medida, finalmente la Reserva Federal de EE.UU. elevó la tasa de referencia en un cuarto de punto. Parece poco, pero no lo es. Las consecuencias se irán sintiendo en breve.

A partir de la suba de las tasas de interés, se afirmará el dólar. Es previsible una nueva revaluación de esta moneda. Recordemos que el dólar se ha revalorizado cerca de un 10% a lo largo de este año respecto a las principales divisas. Si tomamos los dos últimos años, la revalorización se acerca a un 20%.

También, vale aguardar una caída en el flujo de capitales hacia los mercados emergentes.

Las economías emergentes, como es el caso de Brasil, habrán de sentir el encarecimiento del dinero.

En consecuencia, a partir de estas dos grandes consecuencias, los precios de los commodities sentirán los golpes: Y por lo tanto, se espera una nueva baja.

No extraña entonces que, a lo largo del 2015, el índice de precios de las materias primas haya caído casi 28%.

En medio de tan malas noticias a nivel internacional, hay una buena: nuestro país produce materias primas –provenientes del agro- que están en menor grado sometidas a la tendencia a la baja de sus precios.

En definitiva, los alimentos siguen siendo demandados bajo la fuerte presión de China. Todo indica que Oriente seguirá su camino -aún con tormentas- de consumo creciente en alimentos.