Una pulseada alrededor del destino de las obligaciones que contrajo el Banco Central (BCRA) en el mercado de contratos a futuro se acercaba ayer a un final consensuado después de varias reuniones entre el flamante Gobierno, mercados a término y cámaras bancarias. Ayer hubo encuentros en el Central y en el Ministerio de Hacienda para encontrar una solución que evite que la administración encabezada por Mauricio Macri arranque "rompiendo contratos" y, al mismo tiempo, que los más de $ 70.000 millones que debería pagar la autoridad monetaria una vez que se concrete la devaluación del tipo de cambio oficial inunden la calle.
El ahora ex presidente del BCRA, Alejandro Vanoli, tomó posturas por unos u$s 15.000 millones en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) y el Rofex –los dos mercados a término del país– con el objetivo manifiesto de desinflar expectativas de devaluación. Así, por ejemplo, la entidad vendía a $ 10 contratos con vencimiento en los próximos meses que fuera del país se acordaban a $ 15.
La diferencia, habitual entre los mercados locales intervenidos por el Gobierno y el que tiene sede en Nueva York, se vuelve relevante ahora que la salida del cepo cambiario promete unificar el precio del dólar en torno al valor actual del "contado con liquidación" (en el orden de los $ 15). El problema es que cuando venzan los contratos vendidos por el BCRA, éste tendrá que pagar a los tenedores de esos papeles unos $ 70.000 millones por la diferencia entre la cotización a la que vendió y la que tendrá la divisa. Esos pesos, en un contexto libre de trabas cambiarias, desharían las reservas en cuestión de días y presionarían los precios al alza.
La propuesta original del ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, y el presidente de la autoridad monetaria, Federico Sturzenegger, de pagar sólo parte de esas deudas a quienes compraron futuros después de septiembre último despertó el cerrado rechazo de los bancos. En particular de las entidades extranjeras que ya expresaron su voluntad de participar de un crédito puente de corto plazo por unos u$s 8000 millones con el fin de recomponer reservas.
"El BCRA nunca cayó en default, por lo que puede obtener una tasa de mercado por el préstamo de corto plazo. Pero si entra en default con los contratos a futuro esa tasa se volvería privativa", contaron ayer en una entidad.
Según pudo saber El Cronista, la propuesta de solución más avanzada ayer era la de comprometer a los bancos a utilizar los $ 70.000 millones para el adelanto de Ganancias. Así, esos pesos no irían a la calle. Como los bancos tienen sólo el 5% de los contratos, y el resto está en manos de sus clientes, las entidades actuarían como intermediarias: les pagarían a sus clientes de sus propios fondos, mientras que usarían el pago del BCRA para el adelanto de Ganancias. Otra alternativa era la emisión de un bono que atrajera esa liquidez.
El problema para estas soluciones lo presentaba ayer el Rofex. El MAE es un mercado concentrado en bancos, a pesar de que operen por cuenta de terceros, por lo que con arreglar con unos pocos operadores se cierra un acuerdo. El Rofex está más atomizado –sus dirigentes hablan de 5.000 cuentas diferentes– y es muy utilizado por empresas que importan parte de sus insumos. Sus directivos tuvieron ayer una reunión técnica en Hacienda y se volvieron a Rosario muy satisfechos con una solución que no revelaron.
Según fuentes de Hacienda y Finanzas, Prat Gay estuvo ayer "todo el día" en el BCRA analizando este tema junto con Sturzenegger. Pedro Lacoste, secretario de Política Económica, y Luis Caputo, secretario de Finanzas, también tomaron parte de un encuentro donde el acuerdo con bancos por un crédito puente también era intensamente discutido.
En las reuniones de ayer los bancos extranjeros eran mayoría, pero también los de capital local tuvieron su participación. Hoy habrá reunión en la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentinos (ADEBA) para tratar el tema futuros.
"No es importante nuestra tenencia de futuros, pero estamos en contra de todo default porque daña el sistema", dijeron desde una de las entidades locales.