El gobierno de Mauricio Macri está cerca de conseguir su primera línea de financiamiento del exterior por un monto que alcanzaría los US$ 8000 millones.

Dos fuentes que participan de la operación indicaron a LA NACION que el dinero será aportado por los bancos HSBC, JP Morgan, Goldman Sachs, Deutsche Bank y Citibank por una suma que oscilaría entre 6000 millones y 7000 millones de dólares. Si superan cuestiones regulatorias de España, se agregarían el Santander y el BBVA con otros 1000 millones. En Wall Street hablaban de 5000 millones girados por los bancos y de un grupo de fondos que desembolsaría el resto de las divisas.

A la vez, las fuentes aclararon que otras entidades internacionales se sumarían una vez que se concrete este primer lote, por lo que la suma podría llegar a US$ 10.000 millones más adelante.

Por ahora, según la fuente, la negociación por un crédito bilateral con Estados Unidos no registra progresos. Fuentes norteamericanas confirmaron a LA NACION que sería complejo avanzar por las restricciones que tiene ese país para prestarle a otro que presenta riesgos financieros.

El Gobierno cree que restan sólo días para comenzar a recibir este fondeo. Y en los bancos aclararon que se está trabajando en el esquema, debido a que debe ser revisado por el área legal -para no generar inconvenientes con los holdouts- y por cuestiones de la calificación crediticia del país.

"Pero no será un problema, porque la estructura del préstamo ya se exploró con la gestión anterior en el Banco Central; lo que puede pasar es que se demore algunos días más y que el dinero llegue antes de fin de año", dijo otra fuente, ligada al sector financiero, en referencia a tratativas que mantuvieron con el kirchnerismo y que no se concretaron.

El mecanismo será una operación de Repo en la que los bancos aportarán sus dólares en el Banco Central para fortalecer las reservas de la entidad monetaria, a cambio de la entrega de un bono por parte de la entidad que será presidida por Federico Sturzenegger.

El Tesoro le entregará al BCRA una cantidad de bonos (Bonar, al que resta definir el año de vencimiento) por la letra intransferible destinada a compensar el pago realizado en 2006 al Fondo Monetario Internacional (FMI) por 9600 millones de dólares.

Ese título público será cedido a los bancos a cambio de su aporte a las reservas, bajo el compromiso de no venderlo durante su maduración. Actuarán así como "colaterales" del préstamo.

De lo contrario, si los bonos fueran transados podrían hundir el valor de los mismos en el mercado.

Los contratos comenzarán a negociarse mañana en términos legales en el Banco Central, en función del objetivo del plan de Mauricio Macri de comenzar a abrir el cepo cambiario lo antes posible.

La promesa está directamente vinculada con la gestión que encaró en su viaje a Nueva York el nuevo secretario de Finanzas, Luis Caputo, quien hoy regresó al país luego de reunirse con entidades financieras y con Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Thomas Griesa para resolver la disputa con los llamados holdouts.

La fuente destacó el buen resultado del encuentro de dos horas entre Pollack y Caputo, quien le aseguró, según el comunicado del mediador conocido anteayer, que apenas tomen posesión de sus cargos comenzarán a negociar con los fondos que mantienen bonos en default.

Se trata de aquellos que ganaron el caso del pari passu en forma definitiva a mediados del año pasado en la justicia de Estados Unidos, aunque Pollack informó en su comunicado que tuvo la semana pasada un encuentro con tenedores de bonos que mantienen litigios contra la Argentina por 10.000 millones de dólares.

Y aunque trascendió que los fondos buitre se molestaron por no haberse reunido con Caputo durante aquella estada, el colaborador del ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, sí dejó en claro la posición argentina ante estos acreedores.

Fuentes cercanas a los holdouts habían comentado anteayer a LA NACION que el Gobierno no debería eludirlos si quiere conseguir dinero en el exterior para evitar nuevos problemas legales ante el juez Thomas Griesa.

Pero una de las fuentes aclaró que no hay motivos para que los holdouts más beligerantes, como los fondos NML y Dart, boicoteen este rápido ingreso de divisas, por dos motivos.

En primer término, porque se trata de un mecanismo que no involucra al Tesoro, sino al Banco Central, y la justicia norteamericana ya decidió que el dinero que administra la entidad monetaria no puede ser embargado, en el caso del "Alter ego". Los buitres, de todos modos, insistieron en este argumento ante la justicia norteamericana.

En segundo lugar, en términos políticos y económicos, porque a los holdouts los favorecería que "al nuevo gobierno le vaya bien". Al respecto explicó que "primero está la firme voluntad de negociar con ellos, y segundo, cuanto más compliquen esta nueva gestión, peor será para ellos" en cuanto a la posibilidad de cobrar.

Una negociación muy avanzada

Los detalles de la línea que está cerca de concretarse

8000

Millones de dólares

Es la suma que podrían aportar bancos de EE.UU. y Europa en el corto plazo a cambio de un bono que les daría el Banco Central.

9600

Millones de dólares

Es el dinero que el Tesoro le pagó al FMI en 2006. Para compensar al Central a causa de esta transacción, la entidad monetaria contará con un bono que le dará a los bancos como colateral del nuevo préstamo.

BCRA: queda libre la Superintendencia

El Gobierno designaría hoy a Federico Stuzenegger en el Banco Central, y con él ingresaría como vicepresidente Lucas Llach, además de dos de los directores: el economista Pablo Curat (cercano a Alfonso Prat-Gay) y Horacio Tomás Liendo (n), ex jefe de legales del ICBC. Ayer renunció a su cargo de director del BCRA Sebastián Aguilera, que había llegado por Jorge Capitanich, y hoy lo haría el vicepresidente, Miguel Pesce. Aún quedan los cinco de Kicillof y uno de Vanoli. Pero ayer, ya abandonaron sus cargos en la Superintendencia de Bancos.