Ya anticiparon que se eliminarán las retenciones a las exportaciones del trigo, maíz, carnes y otros productos. Y que se disminuirán 5 puntos las retenciones de la soja, quedando en 30%. Además, se espera que cuando se libere la cotización del dólar, a través de la eliminación del distorsivo cepo cambiario, la cotización de la moneda norteamericana se ubicaría más cerca de los 14 pesos que de los 9,7 pesos actuales del dólar oficial. Todo esto generaría que rápidamente los productores reciban mayor cantidad de pesos por sus cosechas y producciones. Pero lo que nos ocupa en este informe es analizar que ocurre y que ocurrirá con los valores internacionales de los granos. Fuera del beneficio notable que tendrán los productores argentinos con los cambios en la política económica antes descriptos, la preocupación del sector rural es que los precios internacionales de los comodities agropecuarios continúan sin despegar, navegando en una chatura muy particular, que viene ocurriendo desde hace varios meses.
A la espera de ver que hará la FED norteamericana con la posible suba de tasas –seguimos insistiendo que hay pocas posibilidades de que ocurra- las miradas del mundo están puestas en la demanda de alimentos. Insistimos que entendemos que el consumo mundial de comida no bajará en los próximos meses, convencidos también de que tampoco aumentaría al menos en el primer semestre del 2016. Con esta demanda constante pero sin chances de aumento, el factor a revisar es la oferta. Y en este caso, nos encontramos con una oferta fluida y bien abastecida. Los EEUU tuvieron muy buenas cosechas, haciendo recomponer no tan solo la oferta sino también los stocks. En Sudamérica también se obtuvieron interesantes cifras de producción. Con el agravante de que la Argentina tiene sin vender casi 17 millones de toneladas de soja, más algunas cifras menores de trigo, maíz y girasol en manos de los productores y acopiadores. Los brokers internacionales están considerando que esta sobre oferta aparecería en el mercado a partir de enero del año próximo, una vez que estén bien establecidas las nuevas pautas económicas en nuestro país. Época del año que habitualmente no se operan grandes cantidades de granos en el mundo. Este es un motivo muy importante a considerar, ya que parece como que el mercado ya asumió que ocurrirá esto, y por eso las últimas bajas de precios.
Y aquí es donde aparece como un jugador fuerte el clima. Si la demanda sigue
constante pero sin aumentar, la única posibilidad de que los precios suban es
que ocurra algo con el clima que perjudique los actuales niveles de producción.
Los especialistas en clima continúan manifestando que “el niño” será muy severo,
siendo el peor de los últimos 100 años. La época cuando esto podría ocurrir se
fue trasladando hacia adelante en el tiempo, donde el pico de la influencia de
este fenómeno se daría entre los meses de febrero a mayo del 2016. “El Niño”
generaría fuertes tormentas con mucho caudal de agua caída en poco tiempo,
anegando los terrenos donde ocurra. Las regiones serían la Pampa Húmeda y la
Mesopotamia de Argentina, Uruguay, Este de Paraguay y sur de Brasil. En la
mencionada zona en esa época del año estaríamos en vísperas del comienzo de las
zafras de girasol, maíz y soja (en ese orden).De ocurrir esto, lamentablemente
generaría importantes pérdidas y menor cosechas en todo Sudamérica. Y en el
centro norte de Brasil y en los EEUU la influencia de este fenómeno es la
contraria. Podría generarse una intensa e implacable sequía. Que lógicamente
también produciría pérdidas en las cosechas ya sea porque directamente no se
pueda sembrar, o porque la evolución de los cultivos será incorrecta por la
falta de agua.
Una vez más, el clima será el factor más influyente para que pueda ocurrir
alguna suba en los valores de los comodities agropecuarios.
Por Alejandro Ramírez - Analista Agropecuario
Fuente: De todo un poco Agro