Las asociaciones regionales, como el Mercosur, permiten también que los miembros intercambien bienes de mayor valor agregado. De otro modo, por ejemplo, los países pequeños, como los de América central, sólo venderían al exterior cacao, café y bananas. Pero la debacle económica en Brasil cambió las cosas en octubre. Según el Indec en lugar de que sea el Mercosur el bloque con el que se comercia más, lo fue la Asean, integrada por Corea, Japón, China e India. El Indec aclara: "En los 10 primeros meses de 2015 los principales destinos de las exportaciones argentinas, en orden decreciente de acuerdo con el valor absoluto, fueron Brasil, China, Estados Unidos, Chile y Vietnam. Por otra parte, los principales países de origen de las importaciones en el período fueron Brasil, China, Estados Unidos, Alemania y México".
En los primeros 10 meses las ventas al exterior fueron de 52.418 millones de dólares, según el Indec, con una baja del 16% respecto a 2014. Pero las ventas a Brasil disminuyeron bastante más: 24%, y en octubre 34 %.
Las ventas al exterior de manufacturas de origen industrial disminuyeron un 16% hasta el 31 de octubre último en las ventas a todos los destinos, pero al mayor socio del Mercosur disminuyeron 28% y en octubre 43%. Son los productos que generan más empleo y de mayor valor unitario.
La consultora Abeceb lo leyó así: El saldo comercial entre enero y octubre alcanza los -2051 millones de dólares (déficit), cifra que supera ampliamente el cuasiequilibrio comercial del mismo período del año anterior (un déficit de 381 millones de dólares). En octubre, las importaciones desde Brasil se redujeron un 8%, mientras que las ventas lo hicieron en un 27,4%. El saldo comercial del mes alcanzó un negativo de 226 millones de dólares y el comercio bilateral se contrajo en total un 17,7%.
Durante el seminario Descifrando el Futuro del Banco Industrial (Bind) hace pocos días el economista Ricardo Arriazu reconoció que el escenario no es el mejor para la Argentina, por la caída de Brasil, la marcha más lenta de China y la caída del precio internacionales de las materias primas, aunque aclaró que están llegando al piso. Pero destacó: "El viento de cola se transformó en viento de frente".
Hasta hace poco el mayor socio del Mercosur vivió una fuerte entrada de capitales y, al estilo argentino, revaluó su moneda. Con esa "plata dulce" todo lo que estaba en el extranjero, incluida la Argentina, resultaba barato. Eran los años en que los brasileños generaban el mayor número de turistas en la Ciudad de Buenos Aires.
Hubo brasileños que advirtieron que la Argentina estaba menospreciando su problema de inflación en pesos con dólar congelado porque vendía mucho al país vecino. "Ustedes se conforman porque exportan a mi país, pero no evalúan que el mío no es un país competitivo en este momento", advertía en 2011 a este cronista un CEO regional de una multinacional.
La industria automotriz encendió las luces amarillas: si bien vendían a Brasil, no lograban, por los altos costos, vender a Colombia o Chile.
La sociedad entre la Argentina y Brasil puede ayudar a multiplicar las virtudes, pero también a profundizar los errores. Arriazu señalaba que el escenario internacional poco favorable para los países emergentes lo es peor para los que exportan mayoritariamente materias primas y menos para los que venden bienes industriales. Pero para la Argentina la situación se complica. Brasil, que es un gran comprador de bienes industriales locales está mal por su crisis económico-política. Y se suma a la baja de la demanda de materias primas por parte de China.