Hoy, eliminar las retenciones tiene un escaso impacto para las arcas del Estado, mientras que para el productor significaría una importante recuperación de la competitividad que perdió como consecuencia de las equivocadas políticas agropecuarias y macroeconómicas que se llevaron adelante en los últimos años.

Si dividimos la recaudación del Estado en los 304 días que transcurrieron hasta el 31 de octubre (última publicación de Afip), verificamos que la recaudación por las retenciones de trigo, representan 0,4 días de la recaudación total. En el caso del maíz, es 0,7 días y si hablamos del girasol, la incidencia es ínfima: 0,01 días. Es decir, que las retenciones a estos tres granos, representan la recaudación de un día.

Hoy, las retenciones a las exportaciones de trigo son del 23% de su precio, en el caso del maíz están en 20%, y en el girasol 32%. Esto significa que, mientras que el costo que debería asumir el Estado al quitar las retenciones a estos productos es prácticamente nulo, la devolución de competitividad para cada una de estas actividades es muy relevante.

Soja

Está claro que tanto por el volumen de producción, exportación y el nivel de retenciones que tributa (35% de su valor), eliminar las retenciones a la soja tiene un impacto algo mayor que el que tiene en el resto de los granos. Sin embargo, la recaudación por los derechos a la exportación de la oleaginosa representa 2,14 días, según los datos de la Afip, al 31 de octubre. Si se analiza todo el complejo sojero son 12 días de recaudación (7,9 pellets y 1,71 de aceite de soja). En total, estamos hablando de menos del 5% de la recaudación.

Este análisis no contempla que como consecuencia de la pérdida de competitividad, en esta campaña se dejarán de sembrar 2 millones de hectáreas, es decir, más del total de hectáreas que siembra Uruguay cada año (1,7 millones). Sin dudas, sin retenciones de por medio, esas hectáreas hoy estarían siendo implantadas.

La incidencia de las retenciones a la carne vacuna en la recaudación total también es mínima: no llegan a un día entero. Del total de impuestos, representan la tributación de 0,3 días. A pesar de que las retenciones a la carne vacuna alcanzan el 15% del valor de ese producto, las políticas restrictivas en materia de comercio exterior de carne que llevó adelante este gobierno redujeron las exportaciones en un 53%, de 2008 a 2014, y llevaron a que se perdieran 12 millones de cabezas de ganado, cerca de 140 frigoríficos y 20 mil trabajadores de la carne quedaron en la calle.

En cuanto a las economías regionales, también estamos hablando de una incidencia ínfima en la recaudación total: 0,02 días.

Eliminar las retenciones equipararía las reglas de juego con las de nuestros competidores. Ninguno de los países vecinos cobra derechos de exportación a los productos agropecuarios y consecuentemente, crecieron mucho más que la Argentina en este rubro.

En la medida que se permita al campo expresar todo su potencial, la Argentina tendrá un importante crecimiento y desarrollo económico y social. Sin las trabas que hoy están vigentes para la producción agropecuaria, la Argentina podría producir alimentos para 680 millones de personas, en cinco años, un 50% más de lo que produce actualmente, tal como lo expresamos en La Agenda del Campo. Esto significa más empleo, más desarrollo y más arraigo, en todas las provincias del país.