Confía en que Mauricio Macri podrá gobernar el país incluso sin mayorías parlamentarias. Pero desliza su temor a que Daniel Scioli termine controlado por el kirchnerismo, sector político que, asegura, no se retirará del poder después del 10 de diciembre. Es un Carlos Reutemann auténtico el que habla. Es el mismo que busca su tercer mandato como senador por Santa Fe con la escudería de Pro.

El "Lole" recibió a LA NACION en su despacho del Senado, donde impera el frío ("si le molesta, apago el aire", ofrece al visitante), para hablar sobre el proceso electoral y los diferentes escenarios que podría enfrentar el país a partir del recambio presidencial.

-¿Por qué apoya a Macri?

-Me tomó muchísimo tiempo decidirme a acompañar a Macri. Quizás una cuestión básica esté vinculada al cambio de aire que, para mí, necesita el país. Yo soy del núcleo de personas que quieren un cambio en el federalismo, en el trato, que no haya más confrontación, que no están para nada de acuerdo con que el poder político quiera absorber al Poder Judicial.

-Si Scioli fuera presidente, ¿podría volver al PJ?

-Yo he tenido buenas relaciones con el justicialismo en general, salvo este caso especial que es el kirchnerismo; pero no me puedo aventurar a hablar. En casos específicos, y si priman cuestiones vinculadas al bienestar de todos, lo tendría que acompañar. El espíritu siempre es acompañar, más allá del partido que sea.

-¿Cómo lo ve a Scioli?

Para mí el kirchnerismo se hubiese sentido más cómodo con otro candidato. Igual está el temor a que Scioli, si llega a ser presidente, sea controlado por el kirchnerismo, porque no tiene muchos legisladores propios. Pero le pasó lo mismo con Mariotto, que se lo pusieron y después lo pudo controlar; aunque Zannini no es Mariotto, no será un vicepresidente más.

-¿Le teme a Zannini?

-No, pero va a ser los ojos del matrimonio Kirchner en un gobierno de Scioli porque viene del núcleo recontraduro del kirchnerismo.

-¿Cree que con Scioli se romperá el verticalismo del PJ?

-Yo he notado aquí adentro (se refiere al Senado) que hay una fidelidad absoluta al kirchnerismo. No los veo que puedan saltar el cerco. Mi sensación es que se van a mantener, sobre todo si se toma en cuenta lo que dijo Diana Conti (avaló la teoría de Scioli como un presidente de transición).

-Una experiencia vicaria de ese calibre implicaría la continuidad de las políticas de hoy...

-Este gobierno trata de llegar como puede: con déficit fiscal alto, tipo de cambio no competitivo, inflación. Llega como puede y deja el trabajo de empezar a pagar costos políticos al que venga después. Eso se ve en que el discurso de los distintos candidatos converge en los mismos temas sobre economía.

-¿Cree que el kirchnerismo se va a retirar el 10 de diciembre?

-Por algunas designaciones que se están haciendo a cuatro años, parece que no, que está tendiendo una red para retener sectores muy importantes del poder, como el Banco Central. La pregunta es qué va a pasar si Scioli toma una línea diferente a lo que es el relato de estos 12 años.

-¿En un escenario así Macri podría gobernar?

-Macri tiene la experiencia de gobierno sin mayoría en la Legislatura. Igual, a un nuevo presidente, cualquiera sea el Congreso que le toque, siempre se le da un tiempo de gracia en el que no se le ponen palos en la rueda.

-Entonces cree que el kirchnerismo no será una oposición cerril...

-El presidente llega con convalidación popular, por lo que es difícil ponerse en contra. La lógica indica que hay que darle un tiempo prudencial, más cuando el nuevo presidente llega sin viento de cola y tiene que enfrentar temas como el arreglo con los fondos buitre, tomar endeudamiento, el tipo de cambio, la presión impositiva, la inflación. Si empieza a errar, ahí cambia la cosa.

-¿Se define en primera vuelta?

-Va a haber ballottage entre Macri y Scioli.

-¿Quién ganará el ballottage?

-Ahí empieza una elección diferente, de acuerdos políticos. Macri se tendrá que sentar con los otros sectores a cerrar políticas de Estado.

-¿Con todos los opositores?

-Me imagino que en ese aspecto abrirá el abanico y se sentará con todos. Algunos candidatos no parecen tener muy buena onda, pero el peor trámite es el que no se hace.

-Si ganara Macri, ¿podría sumarse a su gabinete?

-Lo acompaño por un cambio de aire. Ya tengo unos cuantos años y, después de cierta edad, si uno se levanta a la mañana siguiente es muy afortunado y tiene que agradecer (ríe).