Luego de cinco meses de demora, el gobierno publicó el precio del biodiesel para las empresas medianas que venden en el mercado interno. El combustible elaborado en base a aceite de soja tuvo un aumento del 9%, al pasar de $6300 a $6900 la tonelada, tranquilizando así a las compañías del sector, que estuvieron desde mayo sin un valor de referencia para vender su producto.
El biodiesel es utilizado para el “corte” del 10% que se mezcla con el gasoil, con el objetivo de estimular el desarrollo de energías sustentables y ahorrar divisas.
El problema es que desde el 2012, cuando Axel Kicillof le intervino Planificación a Julio De Vido, el precio del fluido está regulado por un organismo conformado por representantes de varios ministerios, por lo que ya no basta con la firma del encargado del área de energía para que se publiquen los valores, como sucedía anteriormente.
Por el contrario, la conformación de esa comisión hizo el trámite mucho más engorroso y ahora los productores se deben mover a ciegas hasta el momento en que el gobierno suba el precio del biodiesel a la página de la Secretaría conducida por Mariana Matranga.
El sector fue uno de los más dinámicos de la economía durante los últimos años, desde una ley sancionada en 2006 por Néstor Kirchner. Está dividido en dos grandes grupos: las pymes, que dedican su producción al mercado interno, y las grandes jugadoras, que exportan el producto y se vieron sumamente perjudicadas cuando la Unión Europea bloqueó el ingreso del biocombustible argentino.
La fórmula para definir el precio del biodiesel tiene un fuerte componente de aceite de soja, que representa el 80% de los costos, por lo que los productores reciben un mayor valor por tonelada cuando esta última aumenta, y viceversa.