Hacia fines de julio de 1812, Manuel Belgrano, entonces al mando del Ejército del Norte, que estaba asentado en Jujuy, recibe de Buenos Aires la orden de retirarse hacia Tucumán, dado que no podían mandarle refuerzos para enfrentar a las fuerzas realistas que bajaban del Alto Perú.
El 29 de Julio de 1812, Belgrano dicta un bando militar ordenando la retirada al pueblo jujeño en cual se especificaba la orden de que la retirada de toda la población debía dejar tierra arrasada frente al enemigo. El ejército español no debía encontrar alimentos, ni casas, ganado ni mercancías de cualquier característica. Los cultivos tenían que ser cosechados o quemados, las casas destruidas y las mercaderías enviadas a Tucumán. En definitiva, la idea era que los realistas no tenían que poder encontrar nada que pudieran utilizar cuando avanzaran en Jujuy y persiguieran a las fuerzas de Belgrano.
Esta introducción viene a cuento porque el fin de ciclo kirchnerista se parece bastante el éxodo jujeño dado que por impericia o en forma deliberada, el kirchnerismo está tratando de dejar tierra arrasada para que el próximo presidente encuentre tal destrucción económica y social que le resulte difícil la gobernabilidad del país.
Cuando digo fin de ciclo kircherista me refiero a que CF no pudo ser reelecta luego de perder las elecciones en 2013 y no consiguió que ningún candidato del riñón puro del kirchnerismo pudiera presentarse a elecciones con alguna chance de éxito. Tuvo que recurrir a Scioli, a quien el matrimonio basureó a lo largo de 12 años, para intentar tener una salida lo menos complicada posible, pero no le interesa dejar tierra arrasa en caso que Scioli gane las elecciones porque Scioli no es kirchnerista puro. Cualquiera que no sea un kirchnerista puro es el enemigo para CF y sus incondicionales.
CF está a dos meses y medio de tener que dejar el sillón de Rivadavia y luego de 8 años de ser presidente más los cuatro de Néstor Kirchner deja un país empobrecido a pesar de haber tenido un contexto internacional único en décadas por el aumento de los precios de exportación de los productos argentinos.
Cristina Fernández le deja al próximo gobierno 30% de pobres, es decir 12 millones de personas pobres, 2 millones de indigentes, una altísima tasa de desocupación y serios problemas de desnutrición en el NOA y NEA especialmente.
Para enfrentar esa crítica situación social deja un Banco Central sin reservas libres para ser utilizadas. En otras palabras, el Banco Central tendrá más deudas en dólares que reservas. Deja también un gasto público récord, tanto en monto como en baja calidad, con una presión impositiva récord. Pero a pesar de tener una presión impositiva récord, también deja uno de los déficits fiscales más grandes de los últimos 40 años.
En su éxodo jujeño, CF deja el cepo pero, además, un tipo de cambio oficial que es artificialmente bajo porque se sentaron sobre él para usarlo como ancla contra la inflación, otro de los problemas que deja el kirchnerismo en su éxodo jujeño.
Deja a las economías regionales destruidas, un sector agropecuario en el cual ya ni la soja es negocio en varias zonas del país, la industria paralizada, una legión de “empleados” públicos que cobran sueldos por no hacer nada y un largo listado de problemas más.
El error que puede llegar a cometer la oposición es el mismo que cometió De la Rúa en 1999 dejándose condicionar por el alfonsinismo al nombrar a Machinea junto con Miguel Bein en el ministerio de Economía.
Recordemos que Machinea, junto con Miguel Bein, establecieron la tablita del impuesto a las ganancias a fines de 1999 para que los contribuyentes pagaran más impuestos a las ganancias. El equipo económico de Machinea no quiso bajar el gasto público y prefirió exprimir más al contribuyente, con lo cual profundizaron la recesión heredada que, por cierto, ya hacia fines de 1999 estaba cediendo. Recordemos que, además del problema fiscal, de endeudamiento y de tipo de cambio, en enero de 1999 Brasil, nuestro principal socio en el MERCOSUR, devaluó el real lo cual impactó sobre la actividad económica local. La decisión de poner a un heterodoxo en el ministerio de economía fue lo que sepultó las chances de De la Rúa de utilizar los primeros 100 días de gobierno para poner un mínimo de orden en la economía.
Veo que Scioli no tiene idea para dónde ir con la economía. Es más, tiene como principal asesor económico a uno de los inventores del impuestazo de De la Rúa. Massa dispone de un equipo económico cuyos integrantes ya tuvieron su oportunidad y fracasaron, en tanto que Macri, para no perder votos, parece optar por lo “políticamente correcto” pero económicamente inviable aceptando que este último párrafo da para el debate. Mi impresión es que, por falta de capacidad de comunicación, se está perdiendo una gran oportunidad para mostrar, al mismo tiempo de ganar votos el desastre que hizo el kirchnerismo. Mostrar la tierra arrasada que está dejando CF, el destrozo de valores al que llevó el kirchnerismo tratando de meterle en la cabeza a la gente que tiene derecho a no producir y a vivir del trabajar ajeno son algunos de los puntos que podrían machacarse en estos tiempos. Si políticamente no puedo decir todo lo que voy a hacer, al menos tengo que poder mostrar toda la destrucción que deja el kircherismo.
De todas maneras el punto que me interesa resaltar es que deliberadamente el kirchnerismo le está dejando tierra arrasada al próximo gobierno. En consecuencia, la oposición tiene que tener en claro que, dado que ya no hay margen para financiar la fiesta de consumo, tendrá que poner en funcionamiento la economía vía la inversión y las exportaciones. Y en forma muy urgente.
Se puede aplicar un plan económico que evite que el destrozo que hizo el kirchnerismo le genere el mínimo perjuicio a la población, pero que quede claro. No es tiempo para tibios. Se sabe que el kirchnerismo está dejando tierra arrasada en su retirada, tener presente este dato es clave para, oportunamente, comunicarle a la población en forma clara y precisa los destrozos generados deliberadamente por el kirchnerismo y como se piensa superarlos para empezar a recuperar estos 12 años dilapidados por el matrimonio.
Fuente: Economía para Todos